Peninsulares. A Manolo Vieira

Si te metes en el mundo del chiste habrás notado... Yo te lo recuerdo, seguro que tú te has dado cuenta... Que hay chistes que destacan por sus regiones. Le meten un sambenito, una especie de tópico: Los gallegos, vascos, catalanes, madrileños, andaluces... Y nosotros.

Y el gallego es, pues eso que te decía antes... Le metes los chistes de gomero y lepero. El vasco que es fortachón, irrompible, bruto en algunas ocasiones. Después, el catalán egoísta, rácano para las perras, el andaluz exagerado o gandul. Y de nosotros, que somos aplatanados y que no pronunciamos la che. Todo el que ha ido a la península sabe que todos los amigos suelen decirte eso de "qué bonito habláis, ¿no?", "la che no la tenéis, decís coshe, buena nolle, coye, muyayo...".

Cuando me dijeron eso a mí en la península dije: "¿En qué sitio estuviste tú?"

"Por ahí por la playa Las Canteras".

"Oye... Y fuiste a la playa Las Canteras y fuiste a dar con Mamel el bobo... Millón y medio de habitantes en las islas y fuiste a dar con Mamel el bobo".

¿Quién de nosotros dice buena nolle muyayo? Y eso de que somos aplatanados. Je je, quieto parado. Aplatanados no. Es nuestra forma de ser, nuestro estilo. Yo no me considero lento, ni aplatanado, ni nada... Y sobre todo a los madrileños les digo: "¿A dónde van? ¿Dónde hay fuego? ¿Qué van a apagar?". Es que los ves por la calle, en los semáforos, con cara de velocidad y tú ahí: ¿Pero qué pasa? ¿A dónde van? Y claro, te asustas. Oye, pues habrá que salir corriendo, tú... Es una agonía, muchacho, una cosa... La primera vez que fui a cruzar un paso de peatones, todo el mundo así, y yo ¿qué regalan al frente? ¿Qué es lo que hay ahí?

Y cómo te saludan, muchacho... Estás ahí, esperando un taxi o lo que sea. Y... "adiós Manolo, adiós". Y tú ¿eh? Luego te llaman por la noche y te dicen: "Te vi en Castellana". Y yo: Ah, fuiste tú...

¿Cómo nos saludamos nosotros? De otra manera: "¡Coño Pepeeeee! ¡Venga Manolo, ese abrazo! ¿Qué tal? ¿Cuánto tiempo? ¿Cómo va la familia? ¿Y el trabajo, bien? Mira, un bar abierto, vamos a seguir saludándonos". Y ahí nos saludamos tranquilos, hasta las dos de la madrugada, qué prisa hay... Y luego llegas a tu casa y tú mujer: "¿De dónde vienes?" "De saludar a Pepe, ¿o no puedo saludar a un amigo?".

Eso de aplatanados, siempre lo dije, desde hace muchos años, desde el principio, desde que comencé a estar en Madrid. ¿Cómo que aplatanados? Todo es relativo, ya lo dijo Einstein, que jugaba en la Unión Deportiva Las Palmas, no me acuerdo... Ah, no jugaba... Pues se parece el nombre. Es que el nombre de los futbolistas ahora... Recordamos que hasta hace poquito, diez o doce años, las alineaciones eran: En la puerta Paco, por la derecha Feluco, en el centro Toño, por la izquierda Juan Luis, en el medio campo Toni y Felo. Ahora, por la derecha Jarflukjinshinflis, en el centro Janchunflais, a la izquierda Jaisinshinchinflus... Sí, sí, en el Real Madrid está Makelelelele y el inglés Macmamamela, te vuelven loco...

Einstein dijo aquello de la Ley de la Relatividad. Entonces, basándome en eso, yo digo: No es que nosotros seamos lentos, porque no se plantean (sobre todo los madrileños) que ustedes van demasiado deprisa. Además, se nota, cuando llegan a nuestra tierra, y se lo digo al peninsular o peninsulara que esté ahora presente. Que está ahora y que convive con nosotros y que esté presente, no que esté de visita, porque a él no me dirijo. De momento. Al que convive con nosotros. Peninsular o peninsulara, ya ven que no hago ningún tipo de distinción de sexo, ¿verdad? Además, respeto al género, peninsular/peninsulara.

Porque yo estudié en Radio Ecca, ¿eh? Fui pocas veces. Porque con esto del plural, este verano último, que fui a la fiesta de la Rama en Agaete casi me matan. Anduve rápido, porque al finalizar mi actuación, que fue maravillosa, sinceramente, me sentí tan a gusto que cuando acabe dije "¡felicidades a todos los rameros... Y a sus mujeres, coño!" Mira... Le llego a hacer caso a Radio Ecca y me matan en Agaete, ¿eh?

Pues haz memoria, amigo peninsular o peninsulara, que convives con nosotros, que estás aquí presente y que recuerdas cuando llegaste al aeropuerto... Nosotros lo notamos, a diario en el aeropuerto, sabemos cuándo es por primera vez que vienen ustedes. Cuando es por primera vez se les nota, que están esperando el equipaje y están: "Falta uno de los bultos, falta uno de los bultos, eran cinco y hay cuatro, joder, uno, dos, tres y cuatro, y eran cinco". Tú lo notas. Y nosotros aquí diciendo: "No te queda nada, niño... ¿Tu maleta es aquella, la del fondo? ¡Vete a tomar café, eso tarda!". La cinta nuestra, tranquilita.

Y también es cierto que a los dos o tres días, ese amigo peninsular o peninsulara que lo hace todo con nosotros quiso ir a pasear a la playa y aprendió con nosotros a pasear. Sí, porque esas prisas. Dicen el otro día: "¿Y a dónde voy yo?". Entonces, se arrimó a uno de nosotros y fue cogiendo el ritmito del paseo... Sí, sí, es que si siguen así en la playa, ¡se salen de la isla y hay que ir a buscarlos!

Bueno, pues admitamos lo de aplatanados. Y a mucha honra. Lo bien que lo pasamos, ¿verdad?

Y si es con afán de hacer reír, pues mejor, más justificado.

*. Contado por Manolo Vieira. Qué mejor forma de rendirte homenaje, Manolo, que recuperando algo de lo mucho que nos has dejado. Y yo digo, sin miedo a equivocarme, que tú fuiste el inventor del monólogo, hoy tan de moda. Cuántas generaciones de canarios hemos sido mucho más felices gracias a ti... Pongamos en valor lo hermoso de ser canarios, de ser distintos y hasta aplatanados. Porque sí. Y si es con afán de hacer reír, pues mejor.

Hoy Canarias está un poco más triste. Hasta siempre y gracias por tanto humor.