Revista Viajes

Peñiscola, Ciudad en el Mar

Por Borjagarciaz

Los orígenes de este lugar son tan remotos que los historiadores, en muchas ocasiones, la confunden con la ciudad de Valencia. Durante siglos, y debido a sus características topográficas y su excelente situación geográfica, Peñíscola fue un bastión inexpugnable por el que lucharon y donde habitaron íberos, fenicios, griegos, romanos, cartagineses, árabes… No obstante, su mayor época de fama y esplendor llegó cuando acogió durante el Cisma de Occidente a Benedicto XIII (más conocido como el Papa Luna), convirtiéndose en una de las tres sedes papales de la historia de la Iglesia Católica, junto con Roma y Aviñón.
Hoy la ciudad se muestra como uno de los destinos con más historia y encanto del litoral Mediterráneo, y no es casualidad. Si a la imponencia de un castillo bien conservado le sumamos el hecho de que se encuentre prácticamente rodeado por el mar, el resultado es siempre el mismo: el espectador se convierte inmediatamente en embajador de la ciudadela, pregonando su belleza a propios y a extraños.
Pero el atractivo de Peñíscola no acaba en sus preciosas calles empedradas, en sus casas encaladas en blanco, sus magníficas playas ni en las preciosas vistas que se divisan del mar Mediterráneo desde lo alto del Castillo del Papa Luna. Peñíscola cuenta, además, con parajes únicos como son la Marjal y el Parque Natural de la Sierra de Irta, los cuales ofrecen al viajero la oportunidad de realizar rutas de diversas dificultades pero siempre de singular atractivo.

Vista aérea de Peñiscola

Foto: Vista aérea de Peñiscola by todopeniscola.com


Dicho atractivo no ha pasado inadvertido por la industria del cine. La primera película que dio a conocer Peñíscola fue Calabuch, dirigida por Luis García Berlanga, a la cual sucedió la super-producción americana “El Cid”, protagonizada por Charlton Heston y Sofía Loren. Desde entonces, la Ciudad ha servido de escenario para un sinfín de películas, anuncios, series de TV… y es habitual que durante los períodos de temporada baja uno pueda cruzarse por sus calles con figuras relevantes del séptimo arte y la cultura.
Además, para los paladares más exigentes, ofrece una gastronomía exquisita basada en su mar y su huerta. Puede degustar la conocida y sabrosa paella, donde se combina marisco con verduras de la huerta peñiscolana, sin olvidarse de probar el “suquet de Peix”, el “arrossejat”, el “all i pebre de rap”, la “fideuá”, “cargols punxents”, el “remesclo”, dátiles de mar o las diversas formas en que se cocinan doradas, lubinas o mariscos. Las distintas jornadas gastronómicas que se organizan a lo largo del año son una oportunidad única para descubrir y disfrutar estos productos de km 0.
En definitiva, si todavía no conoce Peñíscola, acérquese y comprenderá qué hizo en el pasado a personajes tan ilustres sentirse tan protegidos entre sus muros y qué hace decidir hoy a miles de personas que este sea, para siempre, el lugar donde disfrutar de unas merecidas vacaciones.

 


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