por Raúl Olay
A pesar del uso cotidiano de la palabra, lo estratégico no es lo ingenioso. Estratagema y estrategia son palabras que tienen la misma raíz, pero su significado es muy diferente. Según Drucker, quien define la estrategia de la siguiente manera: “es darle sentido futuro a las acciones de hoy”. Es tener claro cuánto servicio daremos al próximo cliente que vendrá por nuestro producto o cuánto estamos dispuestos a gastar en conocer sobre tecnologías avanzadas o por qué este candidato a empleo debe ser contratado y este otro no. El plan estratégico es para vivirlo, no es para colocarlo en un estante a recoger polvo.
La posesión de una estrategia, de un plan más o menos detallado, acorde a unos objetivos y una filosofía nos permitirá anticipar los problemas y resolverlos incluso antes de que ocurran.
La idea del pensamiento estratégico proviene de Henry Mintzberg, un pensador líder en el campo de la gestión estratégica. Mintzberg considera la creación de una estrategia como la creación y realización de una visión -no únicamente ver hacia el futuro de la organización y determinar cuál es la mejor manera de prepararse para ese futuro, sino que también examinar los antecedentes de la organización desde numerosos ángulos.
El Pensamiento Estratégico se trata de un proceso reflexivo que determina la intención y el perfil estratégico de lo que en verdad la organización quiere llegar a ser. Es el pensamiento estratégico, entonces quien determina la estrategia.
PENSAMIENTO ESTRATÉGICO
El Pensamiento Estratégico determina la perspectiva futura de la empresa, a la vez que establece las bases sobre las que se harán todas las decisiones de planeación. Se enfoca en los procesos que dan lugar al desarrollo de la misión de la empresa, su visión, sus principios y valores y sus estrategias. es un conjunto de las herramientas más útiles que todo emprendedor o profesional podría cultivar, es una inversión de valor incalculable, principalmente porque el pensamiento estratégico tiene que ver con la consecución de unos objetivos y la resolución de sus problemas inherentes, dentro de un marco contextual concreto. Es decir, es un conjunto de herramientas para conseguir lo que queremos, de la mejor forma y venciendo las dificultades.
Poseer las técnicas que permiten el desarrollo de un pensamiento estratégico es tener una llave para abrir la puerta que queremos y cultivarlo es mucho más sencillo de lo que pueda parecer. No es algo de genios, es un resultado del trabajo y el sentido común, el pensamiento estratégico se basa, esencialmente, en el conocimiento y el análisis.
El pensamiento estratégico intenta defendernos de esta posición cómoda que implica dejar que la nave vaya, quién sabe dónde, según sople el viento. Nos defiende, nos alerta y nos advierte.
Es un proceso de razonamiento aplicado a sistemas o problemas complejos, con miras a lograr un objetivo. Este tipo de razonamiento pretende reducir la incertidumbre, minimizar riesgos y maximizar oportunidades a través de un conjunto de múltiples procedimientos de análisis y aprendizaje (Loehle, 1996; Wells, 1998).
Pensar estratégicamente significa, sentirse incómodos, insatisfechos, inquietos, atentos, viendo lo que pasa a nuestro alrededor, innovando, moviéndonos permanentemente…pero con la mente tranquila y serena, sabiendo hacia dónde vamos. Esto no es fácil, es esforzado y fatigoso.
Este tipo de pensamiento es un pensamiento que supera al pensamiento científico, no excluyéndolo, sino integrándolo. El pensamiento estratégico tiene como objetivo buscar la capacidad de anticipación de los acontecimientos, visualizar un destino y construirlo, y alcanzar el futuro que se considera más conveniente para una persona, sociedad, empresa o Nación.
En definitiva el pensar estratégicamente es:
· Saber adonde queremos llegar: elaborar un sueño posible y comenzar a llevarlo a cabo encolumnando a toda la organización detrás de él. Dándole un sentido al día a día. Saber que lugar queremos ocupar en el sub-sistema mercado.
· Saber exactamente donde estamos: estudiar a la empresa, al entorno, al mercado, hacer el análisis FODA y estudiar las fuerzas competitivas.
· Saber exactamente cómo llegamos: estudiar los distintos mapas y sub-sistemas, conocer con que herramientas contamos, en que estamos fuertes y que debemos modificar.
· Monitorear y corregir el rumbo: el sistema empresario-empresa-mercado-entorno es tan dinámico, y lo va a ser cada vez más, que nos obliga a chequear constantemente el rumbo elegido y corregir de acuerdo a los cambios.
CARACTERÍSTICAS
Las principales características distintivas del pensamiento estratégico son las siguientes:
A partir del pensamiento estratégico, sobreviene la etapa del planeamiento que esencialmente, aunque se le llame estratégico, no es estratégico.
FORMULACIÓN
El saber mirar y actuar estratégicamente en una empresa es una habilidad que como el nadar ó andar en bicicleta no se puede adquirir leyendo libros o artículos.
Hay que practicar, caerse, equivocarse y de repente uno sale andando o nadando sin saber exactamente que cambió, pero dominando el tema. A veces necesitamos un tutor que nos vaya sosteniendo la bicicleta hasta que hacemos ese click que nos cambia la perspectiva.
Por eso es tan difícil explicar, en teoría, la mejor forma de ser empresario y entonces aparecen infinidad de métodos, leyes, sistemas y todos parecen ser correctos – de hecho lo son – y sin embargo no siempre el aplicarlos arroja buenos resultados.
Así aparecieron prácticas de moda que resultaron exitosas en algunas empresas y fueron nefastas en otras (rezising, downzising, tercerización, fusiones y adquisiciones, etc.), en todas se encontraron explicaciones del fracaso después que este se produjo.
Cuando se entiende, y se ejerce, el pensamiento estratégico, se pueden encontrar muy rápidamente cuales son las acciones necesarias para el éxito de cualquier organización.
Se perciben cuales son las fuerzas que están actuando, que debilidades tiene la organización, que acciones correctivas son urgentes y cuales a mediano plazo, como deberá cambiar en el futuro para sobrevivir y si la organización es viable o no.
El primer paso es entender que la empresa y el empresario son parte de un sistema, que está compuesto a su vez de varios sub-sistemas y que todos influyen sobre todos. Así una empresa influye en el mercado en que se desenvuelve, brindando nuevos servicios o productos, y a su vez el mercado influye sobre la empresa al ir madurando y exigiendo otro tipo de servicio/producto.
Los pasos para la formulación de una estrategia pueden variar, pero el proceso puede fundamentarse, al menos conceptualmente, en los siguientes elementos:
Insumos (personas, competencias, dinero) y Expectativas (empleados, alumnos potenciales, gobierno, comunidad).
Análisis de la Competencia.
Perfil institucional.
Orientación Ejecutiva: Valores, Visión.
Propósitos, objetivos, intención estratégica.
Entorno:
- Interno (fortalezas, debilidades).
- Externo (amenazas, oportunidades).
Estrategias Alternativas. (Especialización, concentración, diversificación, internacionalización,
ciclo de vida)
Evaluación y decisión estratégica (riesgos, oportunidades, reacción de la competencia).
Congruencia, planes de contingencia.
Instrumentación (reingeniería, organización, integración de personal y dirección).
Planificación a mediano y corto plazos.
Liderazgo y control.
IMPLICACIONES
Como se señaló antes, el pensamiento estratégico es mucho más un proceso intuitivo que la planeación a largo plazo o la planeación táctica. En principio, es más importante que haya consecuencia entre los miembros del equipo administrativo sobre la naturaleza y la intención de su negocio, sobre los principios bajo los que se pretende operar y sobre la dirección hacia la que se debe avanzar como empresa que preocuparse de cómo se van a alcanzar los resultados necesarios. El pensamiento estratégico es el campo para sonar el futuro sin que le estorben las utilidades prácticas. En otras palabras, no sólo es aceptable sino deseable planear lo que a usted le gustaría que se convirtiera su empresa, sin preocuparse de si es asequible o no.
PENSAMIENTO ESTRATÉGICO Y LOS ENFOQUES ACTUALES
Ha habido en años recientes una epidemia de nuevos conceptos con implicaciones estratégicas. Algunos de estos conceptos proporcionan importantes contribuciones a la teoría y a la práctica de la administración, mientras que otros son, los más, refritos de ideas ya existentes.
Se dice que “una herramienta es tan buena como la persona que la utiliza”. Las herramientas de la administración no son diferentes de otras que requieren habilidad. Se necesita capacitación para su uso, además de un seguimiento efectivo y consistente, si van a utilizarse p ara alcanzar los beneficios previstos. Con unas pocas excepciones, casi cada nuevo concepto de planeación producirá beneficios meritorios si se emplea de la manera prescrita.
Cada concepto puede, también, tener consecuencias poco satisfactorias o desastrosas si no se aplica con propiedad. Lo malo es que muchos conceptos terminan siendo el programa de administración de moda. Mi observación se debe a que llamar “programa” a algo casi lo condena desde el principio al fracaso, porque muchos funcionarios encaran un programa como algo que tiene que hacerse aparte de sus trabajos. En general, un concepto es efectivo cuando los ejecutivos lo practican sin referirse a la etiqueta. Tomemos al movimiento de la calidad como un caso oportuno.
Muchos conceptos de administración han aparecido en los últimos años, como la ACT (Administración de Calidad Total). la dirección múltiple, la marcación. fija, el procedimiento competitivo, por mencionar unos pocos. Cada uno tiene ideas excelentes. herramientas y técnicas que pueden ayudar a mejorar sus prácticas administrativas.
IMPORTANCIA DEL PENSAMIENTO ESTRATÉGICO
El pensamiento estratégico es un ejercicio diario que se realiza en toda la organización, desde los niveles más altos hasta los más bajos, a fin de cuestionar las suposiciones del contexto en el que funciona la empresa y de esta forma impulsar su desempeño y evitar los escollos que surgen de ideas estancadas que ya no reflejan las realidades del mercado.
Todo tipo de toma de decisiones corporativa se basa en alguna clase de suposiciones sobre mercados, competidores, consumidores, ambientes políticos, etc. Es muy fácil permitir que estas suposiciones se estanquen. A menudo, el fenómeno de Groupthink (pensamiento colectivo) toma las riendas, lo cual hace difícil entender la realidad de una situación antes de que sea demasiado tarde.
Una forma de crear una organización que esté actualizando sus suposiciones constantemente es arraigar la idea de pensamiento estratégico en todos los niveles de la compañía. Esto atiende un propósito doble. No sólo alivia la presión que el presidente de la PYME siente al ser el único pensador estratégico, sino que también confiere poder a los empleados para que piensen estratégicamente acerca de la empresa.
Por supuesto que no puede crearse una organización con capacidad de aprendizaje de un día para el otro, pero hay una cantidad de métodos para asegurar que el pensamiento estratégico se mantenga en primera plana en todos los niveles de la corporación. Antes que nada, en las PYME esta iniciativa debe conducirse desde los niveles más altos hacia abajo con el apoyo del presidente. También es extremadamente importante que los empleados entiendan que el pensamiento estratégico y poner en duda las suposiciones están directamente ligados al desempeño comercial. De esta forma, pueden entender mejor la importancia estratégica de su trabajo en particular. Además, los ejecutivos de nivel superior debieran dedicarse a realizar análisis rigurosos de su estrategia de corto y largo plazo a fin de determinar qué suposiciones se tienen y si esas suposiciones son correctas. Al crear un comité de integrantes alternados provenientes de todos los niveles de la corporación y dársele la responsabilidad de establecer y evaluar la estrategia corporativa, puede ser posible evitar el Groupthink sin sacrificar el fomento del espíritu de trabajo en equipo. La recomendación más importante para una PYME interesada en que se arraigue un sentido de pensamiento estratégico en toda la organización es que independientemente del método, se ajuste a la cultura corporativa a fin de que ese pensamiento se vea como un catalizador para generar innovaciones y como método para mejorar el desempeño corporativo.
El pensamiento estratégico individual incluye la aplicación del juicio basado en la experiencia para determinar las direcciones futuras. El pensamiento estratégico de empresa es la coordinación de mentes creativas dentro de una perspectiva común que le permita a un negocio avanzar hacia el futuro de una manera satisfactoria para todos. El propósito del pensamiento estratégico es ayudarle a explotar los muchos desafíos futuros, tanto previsibles como imprevisibles, más que prepararlo para un probable mañana único. El pensamiento estratégico es importante debido a que
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El juicio razonado, aunque suele basarse en información inadecuada, es lo más importante que cualquier empresa espera de sus directores.
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Para ser efectivo, el juicio colectivo depende de que quienes toman las decisiones importantes tengan una visión clara y consistente de lo que debe ser la administración futura de la empresa.
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La visión de la empresa se basa más en la forma en la que quienes que deciden vean y sientan que en los resultados de cualquier análisis sistemático.
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El pensamiento estratégico incorpora valores, misión, visión y estrategia que tienden a ser elementos intuitivos (basados en los sentimientos) más que analíticos (basados en la información).
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Llegar a un acuerdo sobre estos elementos entre los miembros de su equipo administrativo es un prerrequisito esencial para la planeación efectiva.
El pensamiento estratégico es el cimiento para la toma de decisiones estratégicas. Sin este fundamento, las decisiones y acciones subsecuentes quizás sean fragmentadas e inconsistentes con la salud a largo plazo de la empresa.
CONCLUSIONES
Uno de los numerosos desafíos que enfrentan las PYME supone el uso correcto del pensamiento estratégico. Este concepto no debe confundirse con la planificación estratégica que trata de elementos tales como la asignación de recursos. Más bien, el pensamiento estratégico trata de un planteamiento más amplio y exhaustivo sobre cómo administrar una organización. Muy a menudo, existe la idea falsa de que este ejercicio únicamente es útil para negocios grandes que tienen recursos esparcidos por todo el mundo y estrategas dedicados a la tarea de manejar todos los asuntos de estrategia. Sin embargo, la integración del pensamiento estratégico en las operaciones diarias a todos los niveles de la organización es clave para la supervivencia de cualquier negocio, ya sea pequeño o grande.
Autor Raúl Olay