Revista Filosofía

Pensamiento mágico

Por David Porcel

Que la tecnología se mida por la regla de la precisión, la eficiencia y la rentabilidad no responde a una manera de pensar el mundo, sino a una enfermedad de nuestro mundo. Es el mundo el que está enfermo, con sus construcciones, su naturaleza y sus luces. Es el mundo el que necesita de paños y cuidados, mientras la enfermedad va acabando con él. No es la naturaleza, o el ecosistema, o el equilibrio medioambiental, lo que está en crisis, sino quienes intervenimos sobre ella, agotándola, asfixiándola, mucho más de lo que hace ella con nosotros. Somos nosotros los que necesitamos ayuda, no la naturaleza. Y quién puede prestárnosla es algo que no sabemos todavía, pero sí que, a la luz de lo acontecido, apunta a una nueva necesidad de medir la tecnología por la afectividad, y no por los resultados. Que la tecnología es algo afectivo significa, tan sólo, que produce, consume, construye, pero también que interpela, invoca, conjura, transforma. Sobre el poder transformador de la tecnología deberían versar los actuales manuales de pensamiento mágico, y no solo los de ética aplicada.                              
Pensamiento mágico                                  Alfred Kubin
"El Amo se ocultaba en realidad detrás de todo y, de manera misteriosa, solía manifestarse con una frecuencia superior a la deseable. La idea de que él manejara a casi setenta y cinco mil soñadores no podía desecharse tan fácilmente, por monstruosa que pareciera. Me era imposible precisar dónde quedaban los límites de su poder, pues llegué a tener pruebas suficientes de que sus impulsos alcanzaban también a todo el mundo animal y vegetal. En el fondo, todos conjeturábamos esto y lo aceptábamos como una gran carga impuesta por el destino." (Alfred KubinLa otra parte)
“La fuerza material de la técnica se hace sentir en todo su alcance en la mitología científica actual y su campo de maniobras: máquinas militares introducidas en el cerebro, fármacos que destruyen la capacidad intelectual del enemigo, interrogatorios a detenidos con escáner que puede mostrar la “verdad objetiva” o la “intención implícita no dicha”, prótesis cerebrales que transformarán al soldado en cyborg, interfaz entre cerebro y máquina, conexión de todos los cerebros a un sistema central y corporativo, cerebros estropeados por el estrés, el pánico, la depresión o la hipermotilidad, cerebros atrapados en una red en la que ya no pueden estar a la altura de sus funciones. Tanto la técnica como el discurso capitalista se presentan como un Saber absoluto, como un fin de la historia consumado (...) Introduciendo lo ilimitado en la escena del mundo, el mundo se vuelve el lugar donde los saberes y prácticas se convierten en campos de maniobras de la técnica (Jorge AlemánCapitalismo sin Nombre del Padre)

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