Revista Cine

Pensamientos Veraniegos (I): True Detective

Publicado el 01 septiembre 2015 por Srinterrogante
“And season two looks awful. Just the trailer –all these handsome actors trying to not be handsome and walking around looking like the weight of the world it’s on their shoulders. It’s so serious , and they’re so tortured trying to look miserable with their moustaches and grungy clothes”Quentin Tarantino, sobre True Detective.
Al verano de 2015 es probable que se le recuerde, al menos en lo audiovisual, como “el verano del odio”. Únicamente pensando en la segunda temporada de True Detective junto a Los Cuatro Fantásticos (de la que hablaremos en próximos pensamientos veraniegos) uno se da cuenta de que el público venía dispuesto a machacar sin piedad. La gente le daba al play o se sentaba en la butaca este verano igual que un adolescente con su nuevo piercing en la nariz se sienta a comer en casa de sus abuelos el día de nochebuena.
Con ganas de mandanga.
Además, al igual que el bueno de Quentin, todo el mundo contaba con una opinión. Una vez subidos los selfies en la playa el siguiente apartado en la lista era hatear un poco. Pero casi nadie hacía memoria. Memoria sobre lo que fue trú detectif sison uan.Pensamientos Veraniegos (I): True Detective
En primer lugar, la temporada inicial de True Detective ya molaba antes de su estreno (que por cierto, fue en invierno, enero de 2014). Matthew McConaughey, quien ya estaba inmerso en un periodo de reconversión filmográfica desde hace unos años (Mud, Magic Mike, Dallas Buyers Club) parecía querer cerrar en lo más alto. Los crucifijos y los one-liners que se dejaban ver y oír en el tráiler hicieron en resto.
Maldita sea, y es que al final la serie sí era buena. Era increíble. ¿Lo recuerdan? todo encajaba, cada visionado producía esa extraña sensación cinéfila que permite verse a uno mismo disfrutar a tiempo real, desde el exterior. Pero no había reflexión en el disfrute, igual que no la hubo ahora en la decepción. Para cuando nos dimos cuenta, habíamos estado prestando atención a los actores en lugar de a los personajes, a los diálogos en vez del guion y a la estética frente a la puesta en escena. La gente soñaba con Brad Pitt en la segunda temporada, Mathew tenía un Oscar que los fanáticos atribuyeron a la resaca post Rust Cohle, luego salió La Isla Mínima, y dónde estaba yo que ya no me acuerdo.
Todas las razones que sirvieron para hacer grande a la primera no estaban en la segunda. La dicotomía principal Marty/Rust se vio sustituida por cuatro caóticos personajes, al menos uno de ellos, el Paul Woodrough de Taylor Kitsch, desarrollado de manera demasiado evidente como un injerto a la trama principal. Los planos aéreos resultaban agotadores frente a la fascinación anterior, la pesadumbre de los protagonistas daba lugar a terribles teorías sobre que todo esto fuese únicamente una gran broma y mientras tanto Vince Vaughn se preguntaba una y otra vez dónde estaba Owen Wilson.
En cambio, las razones por las que la segunda temporada era digna de respeto y admiración no le importaban a nadie. El discurso metafísico vacío, atractivo para hipsters que llevaban demasiado tiempo sin actualizar su estado en wasap se vio sustituido por una historia más concreta, alejada de misticismos y esoterismos, y con unas referencias más urbanas, alejadas del romántico desconcierto de Lovecraft. Primer golpe para una audiencia que no quería pensar en resolver un caso (importante si tu serie lleva la palabra DETECTIVE en el título) sino ser conducida por nadie a ninguna parte.
El segundo golpe fueron los actores. De todos se ha dicho de todo, demostrando una verdad terrible: la crítica televisiva no tiene ni puñetera idea de lo que ha de valorar en un actor de series y se siguen analizando igual que en el cine, cuando la metodología es casi siempre dispar. En serio, lean tres críticas de esta segunda temporada. Farrell pasa de decente a brillante o Vaugh de lamentable a sorprendente sin que nadie se despeine. Puede que Tarantino tenga razón y sólo sean gente atractiva haciéndose los deprimidos. ¿Pero acaso no son ricos haciéndose pasar por clase media el reparto de Boyhood?
El cambio de equipo también fue algo decisivo. Como esos segundos robos que salen mal debido a una mezcla de presión y ego del artífice principal, que no sólo lo condenan sino que además señalan impasibles fisuras en el primer y aparentemente preciso asalto, la ambición parece haber traicionado a Pizzolatto. Su personalidad conflictiva ha llevado a choques con los actores y con los numerosos directores de esta temporada, que han estado siempre por debajo suyo. Pensamientos Veraniegos (I): True Detective
Defender la segunda temporada de True Detective es discutir con uno mismo, y más cuando sabes que hay demasiados errores insalvables. Es volver a sentirse defendiendo el final de Perdidos, porque sabías que el odio del resto venía de la decepción y el rencor, no desde la objetividad. Pero algo completamente objetivo es que en esta ocasión ha servido con ocho capítulos para quemarlo todo, cuando antes hacían falta varias temporadas. Shame on you. Debería darnos vergüenza.
Remember how I found you? Pushing baby aspirin to club kids? Now you just shit my carpet
Frank Seymon

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