La temporada, a falta de jugarse la final de la Champions League en el Santiago Bernabéu el próximo sábado, ha llegado a su fin. El Real Madrid ha caído en las tres competiciones que disputaba, en dos de ellas de forma muy prematura, a pesar de que Florentino llegó con la misión de llevar a este club a lo más alto, con el objetivo de ganar, al menos, la Liga y la Champions League, cuya final tendrá el ¿placer? de presidir como anfitrión de dicha cita. Analizando fríamente la temporada, podemos resumir que lo de la Copa del Rey fue un fracaso inexcusable; caer por un global de 4-1 contra un equipo de Segunda B es, sencillamente, bochornoso. Podemos argumentar a favor del Real Madrid que jugaban los suplentes, que se daba prioridad a las otras dos competiciones, que el día de Alcorcón se juntaron un cúmulo de circunstancias nefastas... pero nada de eso debería contentarnos. Era un Segunda B, y nos humillaron. Pero bueno, la Copa es una competición menor, podemos pensar; hasta cierto punto podría ser perdonado.
De la actuación en Champions poco podemos decir, porque poco la hemos podido disfrutar; pasamos como primeros de grupo, sin dificultades, y jugando algunos partidos de manera notable. Todo el madridismo presagiaba una buena carrera del equipo blanco hacia la final del Bernabéu, pues no olvidemos que los últimos años en los que habíamos caído en octavos de final el Real Madrid había pasado como segundo de grupo. No obstante, como se suele decir, nuestro gozo en un pozo; fuimos a Lyon y perdimos, con una actitud muy negativa por parte del equipo. Hay quien dice que la culpa fue de Pellegrini por poner a Mahamadou en lugar de a Lass; yo creo que se le pueden achacar otros errores en ese partido al técnico chileno, pero me parece una tontería pensar que se perdió por ese cambio de hombre por hombre. En la vuelta, cuando tocaba la épica y la remontada de las grandes noches del Bernabéu (empiezo a pensar que esto es un cuento chino para vender panfletos, que nunca existieron esas grandes noches), el equipo volvió a fallar. El año de la final en nuestro estadio nos elimina el Olympique de Lyon, en octavos de final y jugando la vuelta en casa. Triste bagaje.
En cuanto a la Liga, la situación dista mucho de las de las otras dos competiciones. El equipo ha sido segundo (detrás del omnipotente Barça de los 6 títulos, 7 ahora) con 95 puntos, a sólo 4 del eterno rival, y estando vivos hasta la última jornada. Ha habido partidos en los que se ha visto buen fútbol, Cristiano ha deslumbrado, Higuaín por fin se ha consagrado como un gran goleador y la defensa, salvo en el último tramo de Liga donde, todo hay que decirlo, hemos tenido que remontar en casi todos los partidos, ha estado a un nivel bastante alto, con Ramos consagrándose como uno de los grandes defensas de este país y Albiol demostrando ser un central de garantías para muchos años, sin olvidar la baja de larga duración de Pepe. Es cierto que ha habido muchas fases de la competición en las que el Madrid no ha sido capaz de crear fútbol, donde todas las ocasiones de peligro partían de Cristiano Ronaldo cogiendo el balón y driblando a todo lo que le saliera por delante; esto fue solventado (en parte) con las entradas de Guti y Van der Vaart en el once ya avanzada la temporada, aunque no puede decirse que el equipo cambiara radicalmente. Esto unido a las derrotas contra el Barcelona tanto en la ida como en la vuelta deja cierto sabor agridulce.
Tras este preámbulo, me hago la siguiente pregunta: ¿y ahora, qué?
En todos lados se da por sentado que Pellegrini se irá a su casa con el sueldo del año que el queda bajo el brazo y que llegará Mourinho, por el que habría que pagar 8 millones al Inter y darle a él entre 7 y 10 por cada una de las temporadas que firmara; un total de unos 20 millones de euros por cambiar de entrenador, cifra sin precedentes. He de decir que Mourinho me parece un entrenador magistral, top 5 mundial sin ninguna duda, un estratega que sabe armar a sus equipos de forma inmejorable utilizando los peones que tiene de la forma más efectiva posible. Las características del entrenador portugués, unida al ramillete de talentos del equipo blanco, podrían ser las que el aficionado madridista lleva tantos años ansiando y aún no ha logrado encontrar. No obstante, le pongo dos inconvenientes a la llegada de Mou:
1- Pagar 20 millones para cambiar de entrenador cuando el que tenemos actualmente no lo ha hecho del todo mal (a pesar de los dos importantes pinchazos en Copa y Champions), habiendo hecho récord del equipo en cuanto a puntuación, empezando con un equipo "nuevo", donde 6 de los habituales titulares han sido fichados este verano, me parece una auténtica burrada. Florentino y Valdano apostaron por un proyecto que se sabía que podía no dar resultado en su primer año, pero que aún así ha demostrado tener los mimbres para que, con un par de retoques y algo más de suerte en determinados momentos, pueda llegar a ser ganador.
2- Si finalmente viene Mourinho, ¿qué garantía tenemos de que realmente imperará en el juego del Real Madrid un estilo ofensivo y vistoso, de fútbol "bonito" (quiero ser cuidadoso para definir un estilo de fútbol como bonito) que realmente enamore a la grada? La respuesta es ¡NINGUNA! El portugués es ante todo, ganador, y preferirá que el echen del equipo como campeón, aunque el juego sea mediocre, que a quedarse sin ganar nada habiendo hecho un fútbol espectacular. Mou puede decidir, por ejemplo, que el equipo es más competitivo con Xabi Alonso, Gago y Lass que con Alonso, Granero y Van der Vaart, que se suponen mejores creadores y tocadores.
Analizados estos factores, yo sería partidario de la continuidad del chileno, aunque esta posibilidad ahora mismo se me antoje imposible. No obstante, la llegada de Mourinho, si el club considera que la inversión económica es asumible, me dará la satisfacción de ver al mejor club de la historia, con una grandísima plantilla (a falta de los refuerzos estivales), dirigido por uno de los mejores entrenadores del momento, aunque Tito Floren debe asumir que, en ocasiones, para Mou el fin justifica los medios, y no sé si él, y el madridismo en general, podrá aguantarlo.
En cuanto a las altas y las bajas de cara a la próxima temporada, espero tener otra oportunidad para comentarlo.
P.D: es mi primera entrada, perdonad los posibles errores que seguro cometí y ayudadme a erradicarlos para la próxima vez :P