Revista Espiritualidad

Pensando en el futuro del mundo

Por Maribelium @maribelium
PENSANDO EN EL FUTURO DEL MUNDO

A veces me pregunto cuál será el futuro de nuestro mundo. Y no me refiero solamente al futuro de nuestro planeta, sino también al futuro de la humanidad, pues los destinos de ambos parecen estar estrechamente interrelacionados.
Con respecto a nuestro planeta, sabemos que estamos destruyendo nuestras reservas naturales, consumiendo más de lo que el planeta puede producir, contaminándolo, etc. Y parece que esto, por ahora, avanza sin parar. Se van haciendo leyes, se nos pide que reciclemos, no contaminemos, etc. Pero me parece que la solución esté tan sólo en leyes, imposiciones externas, etc. Sin un cambio más profundo de la conciencia de los seres humanos, da la impresión de que poco se puede cambiar. Sin superar nuestro egoísmo y nuestra estupidez, es posible que este mundo no dure demasiado tiempo, pues sin ello es imposible que nos comprometamos con nuestra propia supervivencia y felicidad.
En paralelo con la contaminación terrestre, las conciencias de los seres humanos parecen estar sufriendo algún tipo de contaminación interior. Estamos en un momento histórico, en el que el egoísmo de las personas es más patente; el individualismo parece ser un valor absoluto y lo que se han llamado valores espirituales, parecen ser valores pertenecientes a películas de ciencia ficción o a épocas remotas, de un pasado ya perdido y olvidado. Muchos seres humanos andan desconectados de sus almas. Es cierto que es posible que esto no sea un problema de ahora, sino algo que sucede desde que existe el hombre. Sabemos que diversos escritores y sabios de antaño, han hablado de la falta de valores, del egoísmo, del pecado, del error humano… Pero en las historias y leyendas de otras épocas, parecía haber una referencia a valores más elevados, como algo a lo que el ser humano podía aspirar para ser mejor, para elevarse como persona y desarrollar sus potencialidades. Las historias de los héroes nos remitían a las máximas posibilidades humanas. Los mitos, nos mostraban seres de otros mundos, que reflejaban nuestras inquietudes más profundas, etc. Pero si vemos las historias que hoy en día triunfan, nos encontramos con mucha vacuidad y estupidez. Basta con encender la televisión para darnos cuenta de cuáles son los nuevos “héroes” que convocan a las masas. En muchos casos se trata más bien de antihéroes, que patéticamente, desfilan ante nuestros ojos, para ayudarnos a olvidarnos de quienes somos realmente.
A la vez, algunos idealistas quieren luchar por un mundo mejor. Muchas veces con conciencia y sabiduría, otras ingenuamente. Pero en ocasiones, muchos parecen querer sentirse salvadores de los demás, para así sentirse importantes.
Como contrapartida, cada vez son más quienes apelan a valores espirituales, en algunos ámbitos. En ocasiones dando muestras de una gran fuerza interior y sabiduría. Pero en otras, esto no es tan cierto, puesto que plantean que la verdad está en la ruptura con nuestra historia y tradiciones, sin recoger los frutos que han dejado nuestros mayores.
Otros nos quieren vender la moto, de que si reciclamos seremos más humanos y felices y que con eso basta… Otros, como el director ejecutivo de Microsoft, nos cuentan que el futuro de nuestras vidas consistirá en “interactuar con una pantalla de la misma forma que con un ser humano, será una innovación clave de los próximos 10 años”. Como si esta fuera la clave de nuestras vidas futuras…
Y yo... mientras tanto, me sigo preguntando si este mundo será mejor o peor, en el futuro, o seguirá del mismo modo… Si es que sigue existiendo, de aquí a unos años. Me pregunto, si esa transformación de la consciencia, de la que algunos hablan, será real o se trata de mera fantasía. Me gustaría creer, que los seres humanos llegarán a esa masa crítica de la que se habla. Una masa crítica de personas transformadas y conscientes, que nos darán claves para un mundo mejor. Entretanto, quizás sea mejor intentar desarrollar una “masa crítica” de paz, sentido común, amor, empatía, sabiduría y compasión en nuestro mundo interior. Quizás, si aprendemos a salvar el propio mundo interior, tengamos alguna clave de por donde se salva nuestro mundo. Y ese mundo interior, parece no salvarse tan sólo por uno mismo, sino que la búsqueda de un valor superior, de una conciencia superior, de un Ser superior, parece ser una pieza clave, en este proceso, como ya nos han contado muchos sabios.
En este proceso, si somos capaces de tener más conciencia y consciencia, de lo que es realmente el mundo (interior y exterior), es posible que nos comprometamos realmente con nuestro presente, para llegar a vivir en un mundo mejor y construyamos o encontremos ese paraíso tal vez perdido o tal vez nunca encontrado... Tal vez en la tierra, tal vez en el cielo, tal vez en nuestro propio interior, o en todos ellos...

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