Pensando en un futuro no muy lejano.

Como ya os conté hace unos meses, hemos decidido buscar otro bebé dentro de relativamente poco tiempo.
Muchos ratos me pongo a darle vueltas a como será nuestra vida con un chiquitín más, como viviré el nuevo embarazo, si la experiencia será parecida o totalmente diferente y mil cosas más.
Y creo que en lo que a mí respecta va a ser totalmente diferente, porque en este momento no me encuentro en el mismo punto en el que estaba cuando me quedé embarazada de David. He cambiado mucho y supongo que esto también cambiará mi manera de vivir esta experiencia.
El embarazo de David fue muy bueno, sin apenas molestias y lo disfruté muchísimo, pero también pasé muchos nervios con cada prueba, pos si algo salía mal, etc (supongo que eso nos pasa a casi todas). Gran parte de mis miedos surgían, mas que de la desinformación, de una muy mala información. 
En aquel entonces, con muy poca idea al respecto, busqué información en un par de libros y en algunas revistas. Tanto en unos como en otros, me encontré con que tratan a la embarazada y futura mamá como a una niña, dando una visión del embarazo, parto y maternidad muy diferentes a lo que son realmente. Y, por supuesto, no te plantean diferentes opciones de vivirlo, sino que se da por hecho que pariremos y criaremos de la manera socialmente establecida.  Nadie me contó que existían alternativas...no me hablaron de la importancia para el bebé y la mamá de un parto respetado, ni de lo fundamental del contacto inmediato. Todo lo que yo encontré hablaba de epidurales,  episiotomias, oxitocina, inducciones... Y por supuesto que había información, solo que yo no me planteaba otra opción y todo lo que llegaba a mis manos  era más de lo mismo.
Ahora sé que existen muchas posibilidades y que tengo derecho a decidir sobre mi parto. Cuando llegue el momento podré decidir de una manera consciente que es lo que quiero y exigir que se respete mi decisión. 
En el parto de David me trataron muy bien y me sentí muy respetada, pero adopté una postura totalmente pasiva, dejando en manos de los médicos hasta la mas mínima decisión. Si llega un segundo parto, mi actitud será totalmente diferente. En ese momento tan especial, mi bebé y yo somos los protagonistas y yo, por el bien de los dos, tengo que ser una parte activa opinando y tomando decisiones.
Y por otro lado está el tema de la crianza...
Ya os he contado en alguna ocasión que los primeros meses con David fueron caóticos, si saber muy bien hacia donde me dirigía.
Ahora ya sé quien soy y lo que quiero y no cometeré los errores que ,desde mi punto de vista, cometí con David. No habrá cunas, ni cochecitos, ni miedo a malcriar. 
Para bien o para mal, tengo muy claro lo que quiero y no voy a dudar en ponerlo en práctica.