Que nadie se asuste que no voy a decir nada inconsciente o poco meditado.... bueno, nada mas de lo normal. Después de una interesante charla alrededor de las formas y maneras de la DO Rías Baixas, su presente y su futuro, me ha dado por pensar, a santo de una de las frases utilizadas en la charla. En un momento dado, hablando de los pasos que se van dando para dar una calidad acorde al prestigio de los vinos producidos en el segmento, cada vez mayor, de consumidores preparados y conocedores del vino, esta persona me decía que se dan pasos pero pequeños y muy lentos "llevara muchos años dar un nivel real a la DO" dijo. Yo, en mi habitual tono, le dije "¿y veré lo resultados antes de jubilarme?" conteste, a lo que replico "no, no lo creo"
Esto nos coloca en el umbral de los 30 años y dice bien poco de todas aquellas bodegas que no responden a los parámetros impuestos por las tres o cuatro clásicas mas los "recién llegados" desde la Rioja. Porque los primeros, aunque me disguste, no hacen mas que aquello que quieren hacer, aquello para lo que fueron "entrenados". Fábricas de vino, producir millones, tergiversar la realidad sobre su nivel de calidad mediante al marqueting y la publicidad, etc,etc. Vale, pero ¿y los demás?. Si, ¿que hacen los demás, además de esforzarse, algunos, en hacer buen vino?
Creo que la siguiente reflexión sirve para la DO Rías Baixas, por supuesto, pero también para las demás. En todas ellas existen monstruos inmensos, produciendo millones de litros con el beneplácito de las autoridades y de un mercado encantado por la falta de criterio de la mayoría de los profesionales y clientes. Y mientras esto sucede los demás, en algún caso la mayoría, callan o aceptan. Autorizan y consienten. Solo en "petit comite", solo alrededor de una mesa con dos o tres personas muy concretas se sueltan y hablan, de lo mal que se portan esas compañias, fabricas, de sus tácticas torticeras, de como manipulan los consejos reguladores y a sus miembros, de como se apoyan en un poder económico inalcanzable para el pequeño productor... pero en publico, ante una audiencia mayor.... silencio.
Yo no soy ningún Robin de los bosques y en muchisimas ocasiones haría bien en estar callado. Demasiadas veces me apunto a guerras que no son la mía y me gano una trabajadisima fama de cascarrabias con cierta gracia y nulo criterio. Pero al menos duermo, mientras lo hago, como un lirón, la bilis me sale cuando me debe salir y no me veo obligado a comulgar con ruedas de molino como una inmensa mayoría de viticultores gallegos, aborregados, conciliadores y apaciguados, todos aceptando con monacal resignación esta cruz que Dios les da en forma de fabrica de vino y consejo regulador comprado. No se trata de fomentar la revolución, pero si la dignidad. Y en este capitulo, el de la dignidad y la vergüenza torera, mas de uno podría empezar por hablar del modo en como se instrumento la campaña "Pídelo por su nombre" que en fechas recientes trato de fomentar el consumo por copa de Rías Baixas en Madrid. A lo mejor no todos "jugaron" en igualdad de condiciones. A lo mejor no todas las bodegas gozaron de la misma información al mismo tiempo y hubo algunos que contaron con información privilegiada de forma prioritaria.
No soy yo quien debe decir estas cosas pero saberlas, de boca de personas autorizadas a comentar según que sucesos y aconteceres, y no decir nada me revuelve las tripas. Las tenia ya revueltas por otras cuestiones ajenas al vino y todo ayuda, pero es que uno escucha muchas cosas y lamenta oír la mayoría.
Por otra parte, en unos días espero tener listo un post sobre lo valiosísima que se esta volviendo la amistad pura y dura, sin artimañas, pasados ni tanteos, lo importantísima que es una buena mesa llena de estupendas "Viandas" y lo fantástico de que de una reunión salgan ocho personas pensando que se lo han pasado maravillosamente bien, sin que casi se conociesen de nada antes de la reunión. Eso, en dos o tres días...