Revista Tecnología

Pensando más en cómo pensamos

Publicado el 12 diciembre 2013 por Ajmasia @ajmasia

Creative ChildLa irrupción del concepto de inteligencia emocional desarrollado por Goleman, está teniendo en nuestras vidas un efecto realmente transformador y en cuanto a lo que a productividad se refiere, ser capaces de gestionar y controlar nuestras emociones tiene un efecto directo en nuestra eficacia y sobre todo en los resultados que alcanzamos. Como nos sentimos, afectará sin duda a como pensamos pero sin embargo en términos de eficacia, suele afectar el como pensamos al como nos sentimos, por lo que deberíamos añadir algún otro ingrediente a la receta del sentido común.

Dicho ingrediente mágico sería la inteligencia mental, es decir, la capacidad de comprender, dirigir y mejorar todo nuestro proceso de pensamiento. De alguna manera todas las personas sabemos pensar, lo que ocurre es que no lo hacemos a menudo y además el proceso que seguimos es ineficiente. Esto ocurre en parte porque solemos tener nuestras tuberías mentales llenas de basura. El no pararse a pensar de forma eficiente ante un simple correo electrónico, tendrá tanto impacto como reaccionar desconsoladamente desde el punto emocional ante una situación incómoda, por lo que lo correcto sería dotar de más capacidad de control a nuestro proceso de pensamiento.

Definir pensamiento en el sentido más amplio, incluyendo cualquier tipo de enfoque e imágenes insertadas en tu mente, además del proceso cognitivo del juicio lógico y racional, significa que tus sentimientos están influenciados por los pensamientos que tienes y no al revés. David Allen

La clave para mejorar estos proceso es enteder realmente como funciona nuestra mente, pero parece ser bastante corriente y habitual dejarnos gobernar  por esta permitiendo que dirija por si sola todo el caos de información que suele rondar en el interior de nuestra cabeza. Sin darnos cuenta, usamos nuestra mente al igual que otros recursos, para distinguir y sobre todo decidir como nos relacionamos con las cosas que nos rodean. Si esto lo hace ella sola quedamos totalmente a su merced. Prueba de ello es que jamas nos recordará que tenemos que comprar leche cuando estamos en el supermercado. Siempre lo hará cuando no podamos hacer algo al respecto, por lo que entender como funcionan nuestros procesos mentales, que por cierto suelen ser muy reactivos, suele ser una clave para ganar en el juego de la eficacia en nuestra vida.

¿Alguien ha nacido sabiendo como pensar de forma eficaz? Si esto fuera cierto, lo más seguro es que en algún momento de nuestra vida nos hayan formateado el cerebro. La buena noticia es que puede aprenderse a pensar de forma eficiente. Precisamente lo que hace GTD es dotar de conciencia al proceso mediante un sistema de pensamiento sencillo, comprensible para todos y sobre todo adquirible dado que se basa básicamente en el funcionamiento natural de nuestra mente. De alguna manera, para conseguir mejorar nuestra eficacia, tenemos que pensar más en como pensamos y como podemos poner en práctica de forma consciente la parte útil de nuestras experiencias vividas.

A todo esto hay que añadir que realmente nuestros procesos mentales no están bien adaptados para movernos en el mundo actual. Hay una parte de nosotros que se siento cómoda divagando en la incertidumbre. Hasta cierto punto esto puede ser saludable, pero permanecer mucho tiempo en este situación puede resultar plenamente agotador y sobre todo estrenaste. Esta situación nos invita a reaccionar constantemente y sobre todo, nos lleva a perder nuestra energía de forma descontrolada y a no mantener el enfoque, la creatividad y en definitiva, a no ser productivos.

GTD te proporciona indicadores que te permiten detectar las diferencias entre el pensamiento creativo y la constante preocupación que nos lleva a la ineficiencia. Nos invita a quedarnos sólo con lo positivo y a expandir nuestra capacidad mental hasta límites insospechados.

La clave está en entender y promover el empleo de nuestras capacidades mentales mediante la práctica continuada de prestar atención a aquello que realmente nos llama la atención. Esto puede aprenderse y GTD se constituye como un modelo totalmente válido.

El uso simultáneo de ambas inteligencias, es decir, la emocional y la mental, te proporcionaran un gran bienestar al alcanzar los resultados que anhelas. Si quieres ser más productivo, desarrolla tu inteligencia mental y céntrate en entrenar tu atención. GTD te ensaña como lograrlo y si de forma paralela desarrollas tu inteligencia emocional, ¿qué mas puedes pedir?

Esta entrada Pensando más en cómo pensamos has sido publicada por Antonio José Masiá


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