Revista América Latina

Pensar junto a chávez el 2014.

Publicado el 07 enero 2014 por Jmartoranoster

Por Toby Valderrama y Antonio Aponte

  El 2013, sin dudas, cierra un ciclo de la Revolución Chavista. Este fin de ciclo lo podemos analizar a la manera burguesa, entonces diríamos según el algebra oligarca, que la revolución ganó las elecciones. En ese mundo de las matemáticas podríamos embriagarnos con las piruetas de los dígitos y concluir que todo está bien, que encontramos el camino al éxito. Y así decir que la formula teórica está descubierta, que por allí debemos seguir… sería un engaño fatal.

Podríamos también estudiar el asunto desde el punto de vista de una Revolución que pretende un profundo cambio de cultura, de relaciones entre los humanos, y para eso requiere masa actuante a su lado, comprendiendo las dificultades, apreciando los triunfos, dotada de ideas sagradas por las cuales luchar. Ésta sería la vía para disipar espejismos electorales y prepararnos para defender a la Revolución, al Socialismo, al gobierno. Veamos.
La Revolución aún existe, ese es el primer elemento, altamente estimulante, positivo. La Revolución existe, sumergida en una profunda crisis pero con posibilidades de dar el salto que la libre de las fuerzas restauradoras.
El segundo elemento y muy importante es que dentro de la Revolución ocurre una feroz lucha ideológica, y de la manera como se resuelva será su destino.
Esta lucha ideológica tiene un punto central, “el objetivo final de cada proyecto ideológico”, cuál es su prefiguración del futuro. Es en ese punto central donde se enfrentan las diferentes ideologías.
Ya sabemos, lo dicen los clásicos, “ideología política que no tenga objetivo estratégico está condenada a ser absorbida por las ideologías adversarias”. “El objetivo final del proyecto” es el núcleo de toda ideología, alrededor de él gira todo el pensamiento y la acción.
Se deduce que en este punto central se condensa toda la batalla ideológica. Si queremos definir una lucha política debemos empezar por aclarar cuáles son los objetivos de cada uno de los contendientes, cuál es la meta, más allá de la retórica, de los artificios verbales. Aclaremos.
La Revolución tiene como meta, como objetivo central “ir al Socialismo”, con esa afirmación el Comandante conmocionó al mundo, la esperanza volvió, el capitalismo no era el fin de la historia, había un país, un pueblo, un Comandante capaz de enfrentar la unanimidad de la conformidad. Ahora bien, queda mucho camino por pensar, por discutir: ¿Cuál Socialismo? ¿Cómo llegar a la Tierra Prometida? En ese momento abren fuego las ideologías adversas, para desviar, en nombre de la búsqueda, el camino hacia la meta. Dijeron de todo, inventaron diez mil falsas rutas, no es lugar para enumerarlas, sin embargo, el hombre de la brújula, el Comandante Chávez, siempre encontró el sendero. Su pensamiento, ese que le dio continuidad, coherencia, a su vida, es muy sencillo pero muy poderoso:
“Dar base material y espiritual al amaos los unos a los otros”
Su vida, su pensamiento, resumen los más de 2 mil años que la humanidad lleva en esa búsqueda: Primero fue una espiritualidad pura, se hizo monaguillo, de allí surgió su angustia, se nutrió de todo, desde la música hasta su historia, Maisanta. De Bolívar supo el desasosiego de los grandes por conducir a la humanidad, por transmitir el fuego que llevan en las entrañas, por hacer que todos vean lo que ellos vieron en sus delirios.
Al final de su marcha arribó al Socialismo, la Tierra Prometida, allí era que se fusionaban las relaciones materiales de los humanos con el amaos los unos a los otros. Desde ese momento se hizo más cristiano, comprendió la fuerza del pensamiento de Jesús, de los Cristianos Primitivos que vivían en Socialismo, ese era el otro nombre del Cristianismo.
Integró lo espiritual del cristianismo con las relaciones humanas que lo debían sustentar, integró la Propiedad Social de los Medios de Producción con la vida amorosa. Tenía una meta que lo guiaba a través de los meandros de la vida, de la selva de la política, lo hizo capaz de acertar, de equivocarse y rectificar.
Su propuesta, su objetivo, ha llevado a muchos al martirio, no es comprendida por los subyugados y es odiada por los poderosos entrenados en pensamientos egoístas, les perturba la conmoción de sus creencias. La propuesta es atacada de mil formas.
Por eso asesinaron al Libertador y a todos los Libertadores, a todos los Cristos, y condujeron a los pueblos al olvido, a venerar un espejismo.
Es desde la ideología de Chávez, de su esencia, de su evolución, que debemos pensar el 2014, defenderla de las falsificaciones, llevarla a la acción.
La mayor herencia de Chávez y su objetivo central es el Socialismo. Con eso lo tenemos todo para fundar su sueño.

PENSAR JUNTO A CHÁVEZ EL 2014.

Volver a la Portada de Logo Paperblog