Los mensajes de salud activan nuestras
defensas naturales, nos hacen sentir mal acerca de nosotros mismos y nuestras
elecciones, lo que lleva a nuestro subconsciente a rechazar el estímulo
saludable. Un estudio de la
Universidad de Pensilvania publicado en PNAS
encontró que un simple ejercicio de preparación en el que las personaspiensan más allá de sí mismas antes de ver
los mensajes de salud puede hacer que esos mensajes sean más efectivos. Para
combatir esos sentimientos defensivos, los investigadores involucraron a los participantes
en tareas de autotrascendencia que requieren que los participantes piensen en
valores más grandes que ellos mismos y lo hicieron mientras estaban en una
máquina de resonancia magnética funcional, lo que permitió a los investigadores
ver su actividad cerebral en tiempo real. En el mes que siguió, los
participantes recibieron mensajes de texto diarios que repetían el experimento
en miniatura, preparándolos para pensamientos autotrascendentes antes de
recibir mensajes de salud. Aquellos que completaron las tareas de
autotrascendencia fueron significativamente más activos en el mes siguiente,
con menos tiempo de sedentarismo. Además, los investigadores encontraron que
durante las tareas de autotrascendencia, las personas mostraron una mayor
actividad en las regiones cerebrales involucradas en la recompensa y la
valoración positiva.