Revista Infancia

Pensar – Sentir – Hacer en el desarrollo de los niños

Por Babytribu @babytribu

Hace unos meses tuve problemas con mi muñeca y esta no me permitía casi mover la mano derecha. Justo en esa fecha tenía mucho trabajo, así que decidí acudir a mi fisioterapeuta Sol, que trabaja la terapia del cuerpo desde lo natural y desde la acupuntura…. Recuerdo muy bien sus palabras: tienes lastimado “el hacer”… y luego continuó nuestra conversación adentrándome en el mundo del Pensar – Sentir – Hacer.

Básicamente sus estudios orientales, me contaban que somos un conjunto formado por: Pensar, Sentir y Hacer… si alguno de esos tres elementos se ve “sobrecargado” se manifiesta sobrecargando los otros dos también, pudiendo tener consecuencias, en mi caso inmovilizar ‘el hacer’ de mi mano (casualmente mi herramienta de trabajo)… una llamada de alerta, el conjunto sobrecargado dijo para.

Sol y yo nos pusimos a hablar de los niños, para mí los niños mientras más pequeños son más Sentir, luego van creciendo y consiguen crecer su Pensar y su Hacer… pero su conjunto es mucho más complejo… el conjunto de los niños es un conjunto absorbente, porque son como una bola de energía en constante evolución! Por lo que a medida que se van formando es sumamente necesario no solo que aprendan con su mente (pensar) sino que cada vez está más demostrado que si aprenden con las emociones (sentir) y si a eso le sumas utilizar el cuerpo (hacer) en su aprendizaje… es completísimo!

Ya lo comentó María Montessori a la hora del aprendizaje, cuando planteaba que las manos son un camino directo para llegar a la mente! Y es perfecto… porque para aprender un número un niño lo toca con su hacer (números con textura o de madera) para a su vez sentirlo y llevarlo a su pensar.

Tal como comenta el post Sentir, pensar, hacer, educar para la vida (recomendadísimo por cierto):

“El niño aprende: con el cuerpo, el hacer de las cosas; con la mente, los conceptos, y con los sentidos, los valores y actitudes.”

“Investigaciones de toda índole, especialmente las realizadas en el campo de la neurociencia, ratifican el enorme significado desde el punto de vista afectivo, cognitivo y motriz que tienen los primeros años de vida, tiempo en el que el ser humano alcanza los más grandes aprendizajes de su vida: caminar, hablar y pensar. Se conoce que tres cuartas partes de las conexiones neurales que el ser humano puede establecer como base para todo su funcionamiento, se realizan antes de los tres años y que por esto cualquier estímulo que se realice en estos años tiene más impacto sobre el desarrollo que en cualquier otra época de la vida. “

“Todas las pedagogías coinciden en definir la primera infancia como el periodo del despertar del ser sensible… La imitación hace que se vayan desarrollando las etapas básicas de la evolución humana (erguirse y andar, hablar y pensar)… A través del juego desarrolla, no solamente sus destrezas físicas, sino también la fantasía infantil que transforma y anima las cosas y que de adulto se convierten en capacidad de iniciativa y fuerzas creativas… Las actividades artísticas son parte central en la vida del niño, El arte, con ayuda de la imaginación creadora, es el medio más propicio para preparar a los niños en la conquista de su futuro, ya que los dota de iniciativas, recursos y confianza para enfrentar y resolver problemas más allá de la información.”

Lo dicen la cultura oriental, lo demuestra la neurociecia y lo corroboran a diario espacios donde se aplican pedagogías no convencionales… no es un niño, no es un concepto… es más que eso, es lograr la armonía entre el PENSAR, el SENTIR y el HACER.

Imagen de portada de Xavi Cordova-Morey

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