Gwen Castle nunca había tenido tantas ganas de decir adiós a la isla en la que vive hasta que Cassidy Somers, su gran error del verano, acepta un empleo allí como «chico para todo». Él es un niño rico que vive al otro lado del puente en Stony Bay, mientras que ella pertenece a una familia de pescadores y limpiadoras, aquellos que trabajan para que los turistas disfruten del verano. Y a ella, seguramente, le espera el mismo destino. Pero tras una conversación con su padre, las cosas cambian: saltan chispas y algunos secretos que hasta ahora lo habían sido salen a la luz, al tiempo que ella pasa un verano maravilloso y agotador, debatiéndose entre lo que hasta ahora pensaba que eran su hogar, aquellos a los que ama o, incluso ella misma, y lo que la realidad le demuestra.
Siempre me han gustado las historias de amores de verano. En realidad, me entusiasman. No sé que tendrán que siempre me cautivan. Son intensos, refrescantes, adictivos. Cuando supe que iban a publicar esta novela me entusiasme porque además de que se trata de una novela de un amor de verano, además es una novela de Huntley Fitzpatrick.
Huntley Fitzpatrick es una autora que me cautivo con la novela de “En la puerta de al lado”. Fue una novela que me encanto tanto por la historia como por la pluma de la autora. Así que tenía bastantes ganas de leer el resto de sus novelas. En este caso nos encontramos con el reencuentro no del todo grato de Gwen y Cassidy , dos chicos que ya se conocían de otros veranos, que tienen un pasado en común pero que por un determinado hecho tienen una relación bastante tirante.
Gwen es una chica muy guapa, vivaz, que trabaja en el bar de su padre y al mismo tiempo trabaja como acompañante de una de las señoras más ricas de la isla. Es hija de una familia de pescadores y limpiadoras que se ganan la vida trabajando en la isla sirviendo a las familias ricas y trabajando para que los turistas disfruten del verano. Es una joven que tiene aspiraciones de salir de la isla para buscarse un futuro mejor y no verse condenada a trabajar para los demás. Gwen tiene una gran carga a su espaldas, ya que ella y su primo tienen que trabajar para que entre más dinero en la familia y en su casa y así dejar de pasar estrecheces.
Cassidy es uno de los chicos populares que vive en la isla en verano. Es un niño rico que tiene casa en la isla, guapo, atractivo y además es miembro del equipo de natacion. Viene de una familia bien, rica, donde no tienen problemas económicos y tampoco tienen que trabajar para ganarse la vida. Sin embargo, acabara aceptando un empleo de jardinero y chico para todo porque su padre decide que ya es hora de que sepa lo que es la vida y que sepa que no todo es tan fácil de ganar y de obtener. Para tener lo que se quiere hay que trabajar.
Gwen y Cassidy son personajes opuestos, de orígenes diferentes que sin embargo tienen una conexion. “Pensé que era cierto” es una novela que nos cuenta su historia de amor, que comienza siendo una historia sencilla de amor de verano, pero que esconde más de lo que se ve a simple vista. A través de estos dos personajes vamos conociendo al resto de los secundarios, que nos muestran como es el ambiente en la isla, las relaciones entre las distintas personas que son de orígenes diferentes. Digamos que a través de ellos vemos como se relacionan los niños ricos con los niños pobres, en las fiestas de la playa, durante el verano. Sobre todo creo que esta novela es una historia de personajes, con una gran carga emocional. Todos tienen un carga, un pasado a sus espaldas, del que se arrepienten, que deben enfrentar para poder así comenzar con su futuro.
En conjunto me ha gustado la novela pero quizas me esperaba bastante más de ella. Me ha entretenido pero no ha sido todo lo esperado. Creo que la historia de Gwen y Cassidy podía haber dado más de si.