El trabajo cotidiano con los pacientes, gentes de toda clase y condición, produce conversaciones de todo cariz, a veces insustanciales, a veces trascendentales, otras emotivas, otras controvertidas. El trato personal, a veces íntimo, a que da lugar el ejercicio de la fisioterapia propicia charlas así de diversas. Y en ellas hay expresiones que aparecen de manera casi prototípica.
Así, como en nuestro título, a la pregunta de cómo está, el paciente parece querer condescender, cuando no ha notado ni pizca de mejoría. Como si el objetivo del tratamiento fuera que no empeorase y la no maleficencia fuera la norma principal del tratamiento.
“Será por el cambio” es otra expresión que se repite mucho. Se aproxime una borrasca o un anticiclón, o los cambios sean tan sutiles que apenas los notemos, esta percepción a veces se convierte en un asidero cómodo al que agarrarse cuando no sabemos qué hacer ante el comportamiento veleidoso del dolor de nuestro paciente.
“Ya me vas a dar la paliza” o “me han dicho que hacéis mucho daño”, expresiones que hace parecer al fisioterapeuta lacayo de Torquemada. Se repiten mucho en unidades y consultas y que, si no respondemos a esas expectativas, a veces nos dejará en una posición de pusilanimidad nada simpática para muchos pacientes. Claro está, también tenemos la locución “me duele pero me gusta”, que, si bien es bastante habitual, no nos evitará pensar en cierto grado de masoquismo.
Y así se replican muchos comentarios y frases. ¿Tenéis la vuestra?