PePelandia

Esta noche tuve un sueño que en seguida se convirtió en pesadilla. Quizás de puritito cansancio, de puritito calor. Ni sé. El caso es que me desperté, sudorosa, asustada y temblorosa en la tierra de PePelandia, tierra gobernada por unas proteinas humanas que me gritaban: "tienes que morir por España, por el PP, por Rajoy..."
¡Que susto, que miedo, cuánta desazón!
Estos eran los seres que me inducían a dar la vida por ellos. Quizás no están todos los que son, pero no falta ninguno de los que no deberían estar.

Cuando me desperté y me acordé de sus caras, pensé que no, que no podía ser, que los ciudadanos tienen memoria, que no pueden olvidar, que tan solo era una pesadilla. Que no podrán volver. Que no nos merecemos "ese desembarco".
Ah! pero estudiando las encuestas realizadas de este fin de semana, descubro que efectivamente los PPoPPulares barren y barren, a pesar de Gürtel y quizás por ello.
Yo pensaba que preferiría que barrieran en su casa porque si al final se encargan de barrer en toda España, ya pueden guardar sus tesoros debajo de las alfombras... incluso las aves de rapiña me han comentado que están preocupadas porque piensan que les harán la competencia.
Por eso tan solo nos queda unos meses para gritar en la blogosfera: "Ojo, mucho cuidadín, que si estamos a disgusto ahora, peor es lo que pueda venir". ¿Por qué no probar alternativas distintas? ¿Solo son los unos o los otros?
¿Es que no hay otras opciones?

Ay cuánta preocupación, verdad?