En el contexto de esa pugna comercial, debemos remontarnos a los años siguientes a la Primera Guerra Mundial y a la Gran Depresión iniciada en 1929. Por aquellos años, Pepsi supo ver las necesidades de los estadounidenses, y sacó una agresiva campaña contra sus competidores basada en la rebaja del precio de sus productos: por el mismo precio, Pepsi ofrecía el doble de producto. Nació así el lema: “Pepsi, bebida de los pobres blancos y negros”. El éxito de la campaña se explica de una forma muy sencilla: Estados Unidos estaba sumido en una honda crisis económica, y además, la población negra, a causa de las leyes segregacionistas, tenía un bajo nivel adquisitivo, de forma que la mayor parte de la población optó por Pepsi.Quedémonos con esa idea de la segregación racial en la época, pues en 1938 fue nombrado presidente de Pepsi Walter Mack, de ideas progresistas y de una gran visión comercial. Mack apostó por potenciar esa idea de “bebida para pobres y negros”, pues era consciente de que así alcanzaba a un sector enorme de consumidores que la competencia ignoraba. A partir de entonces Pepsi comenzó a lanzar campañas dirigidas directamente a la población negra y a los sectores más pobres de la población, lo que le costó ser víctima de múltiples insultos desde la competencia y desde sectores conservadores, e incluso fue amenazada por el Ku Klux Klan.En cualquier caso, el balance fue todo un éxito para Pepsi, que además aprovechó la situación para atacar a Coca-Cola por alinearse con las leyes de segregación racial, acusándola de racista, y por subvencionar y apoyar las campañas de políticos conservadores. Pese a que Mack trató de tranquilizar a las compañías asociadas diciendo que Pepsi "no deseaba convertirse en una bebida para negros”, el mito ya había nacido, y les había reportado grandes éxitos. Con la recuperación económica en los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial, Pepsi trató de recuperar la imagen de “marca estadounidense” incluyendo en su logo los colores de la bandera de los Estados Unidos y haciendo campañas comerciales con sus protagonistas vestidos de cowboys.En la actualidad la pugna sigue, pero ya nadie relaciona a una u otra marca con una etnia determinada, pero sí que continúan los mitos, por ejemplo que en los países comunistas no se toma Coca-Cola, sino Pepsi. Esto no es así. En realidad la compañía Coca-Cola tiene un éxito tal, que en la actualidad tiene presencia en todos los países del mundo a excepción de Cuba y Corea del Norte (hasta hace poco tampoco en Birmania), pero esto no quiere decir que en Cuba, por ejemplo, no se pueda comprar Coca-Cola, quiere decir que no existe representación de la marca oficialmente, pero sí se vende en algunos comercios. Igualmente, en países oficialmente comunistas como China o Vietnam, también puedes encontrar Coca-Cola. Por su parte, Pepsi no goza de tanta presencia, su éxito no se basa en la expansión territorial, sino en el control de empresas, marcas y productos como Pizza Hut, KFC, Taco Bell, Lay’s, Cheetos, Doritos… lo que la hace omnipresente de una manera distinta.También en el marketing continúan las diferencias fraguadas en el pasado: Pepsi continúa apostando por la imagen de empresa estadounidense, empleando celebridades en sus anuncios y apostando por el dinamismo y una forma de vida rápida; mientras que Coca-Cola apuesta aún por lo “conservador”, por la familia, la seguridad y lo sentimental, apostando sobre todo por las campañas navideñas.
- (20/03/2013): "Coca Cola y Pepsi, la disputa de las bebidas", en ElEspectador.com.