Situada en pleno corazón de París. Unos amigos se encuentran de copas en una discoteca. A eso que uno de ellos, Ludo decide dejarles para ir a casa. En medio del camino es arrollado por un camión. Muy grave ingresa en la sala de cuidados intensivos. Al día siguiente aparecen sus amigos, los cuales tenían un viaje concertado (como todos los años) a casa de Max, situada en la costa. A pesar de lo aparatoso que pueda llegar a ser. Ellos deciden ir de todas formas. En un año que todo cambiara para ellos, dentro de sus vidas.
Guillaume Canet nos acerca a una comedia-dramática, relatándonos la historia de una pandilla de amigos. Donde poco a poco verán sus vidas y su amistad. No es tan cercana como creen ellos. Amores no correspondidos, también los que estarán por llegar. Envidias, engaños y apariencias. Max es el dueño de un restaurante en París. Un hombre con mucha tensión, mucho carácter donde su genio, le pasara alguna mala pasada en la película. Marie guarda con ella un secreto que poco a poco se ira deslumbrando. Ribaud es un medico que se dará cuenta que siente por su amigo Max algo más que una amistad. Causa por la que la tensión entre ellos se hará muy palpable. Antonie con una historia de amor no correspodida y Eric eternamente enamorado de Marie. Y como no, Ludo un enfermo, al cual sus amigos le dejaron postrado en una cama de un hospital.
La historia es conmovedora. Relatando las historias de una amistades y unos amores más bien efímeros. Donde la realidad y su ceguera les harán desvirtuarse más allá de lo normal. Relatada a conciencia con unos planos muy largos, unas actuaciones bastante buenas, pero con un paso muy lento. Alargándola demasiado, hasta 2 horas y media. Donde no sobra ni una escena pero que podría haberla hecho más movida.
Por que la amistad es la mayor prueba de amor que nunca se llego a entender.
Nota.- 7/10