Revista Insólito
El relato de tantas mujeres y hombres acerca de su sufrir cuando tuvieron que soportar determinados personajes en su medio familiar, se resume en la expresión que encuentro en Lacan (caso Aimée): pequeño tirano doméstico. Encantadores en el medio social, el pequeño tirano doméstico encuentra un lugar para someter a los otros a sus caprichos de neurótico, cuando no a sus delirios de psicótico estabilizado, o lo que es aún peor, a sus pasiones y perversidades psicopáticas.
No estaríamos frente al gran tirano que somete a empleados y subordinados, sino hablaríamos de alguien que puede incluso no ser nadie fuera de su pequeño recinto, de la pequeña república independiente de su casa, atemorizador en cuanto pisa la raya de la entrada a su reino.
Un ex ministro, responsable político de una ley, precisamente de violencia de género, que ha obtenido hasta la fecha un majestuoso 79% de denuncias falsas, (para darnos una idea de la belleza de algunas ficciones jurídicas, a lo Bentham) ha sido apartado por los suyos de sus responsabilidades políticas hasta en tanto no se aclare si ha sido o no un pequeño tirano doméstico, que ha podido usar o no de la violencia física y psicológica contra su ex pareja. Bueno, o ella miente cuando, según la prensa, el ex ministro le espetó un buen día “me merezco una mujer con unos pechos más grandes”, o él ciertamente es un soberbio altanero tal y como sotto vocce cuentan sus compañeros de escaño.
Pero el pequeño tirano doméstico pasa desapercibido, juega con el secreto familiar, con la ley del silencio que impone esa vieja idea de que ‘los trapos sucios se lavan en casa’, que tanto daño y sufrimiento ha hecho. Basta escuchar el relato de gentes que han vivido situaciones de auténtico terror, de esclavitudes y servidumbres voluntarias, sin atreverse a voltear la situación.
El pequeño tirano de andar por casa no es nadie fuera de las cuatro paredes donde domina. Que los pueblos hayan consentido tiranías se explica desde la psicología de las masas, pero que en una familia se permita reinar a un tirano, se explica desde la historia subjetiva de cada uno y de sus elecciones. El tirano doméstico sobrevive porque se le consiente, no es nadie si se le hace frente, no es nadie si se toma la Bastilla, si hay rebelión.
Ojo con los pequeños tiranos domésticos cuando son mujeres. Y ojo con los pequeños tiranos domésticos cuando son niños.
De la sección del autor en "Curiosón": "Vecinos ilustrados" @Aduriz2017