Nunca le he pedido a la vida que queme tus cicatrices
tampoco le he pedido que oculte cada una de ellas,
no he dicho que la vida sea injusta
sino llena de complicaciones.
No he soñado con casarme en la playa,
simplemente he visto tu sonrisa
y me ha servido como sueño.
No creo en el destino, en lo programado
o en observar la vida con cobardía.
Creo en tu sonrisa
en la mano desinteresada de una madre
en los besos entre sonrisas
o en las lágrimas que sangran
cuando el dolor quema.
Creo que cada mañana es una vida nueva
en que sonreír es síntoma de estar vivo
creo en el entusiasmo como forma de vida
y en el aburrimiento como la muerte en vida.
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