Revista Opinión

Pequeños relatos: Viento

Publicado el 18 febrero 2020 por Carlosgu82

Cada mañana antes de que siquiera pueda vislumbrarse la esencia, la presencia  y la luz del astro rey, ya existe otro ente que se había hecho presente desde el mismo inicio de la vida.

Una presencia que disfruta hacer de las suyas en ausencia y en presencia de la luz, a veces se dispone a presentarse inesperadamente mientras te dispones a ir andando de un la hacia otro, por ahí y por allá. Prisionero eterno de la tierra misma y de los grandes cielos altos, el viento sirve de aliado y de enemigo; cae en cuenta de que algunos lo han llamado y otros lo han aborrecido.

Vientos de vida y vientos de muerte, vientos de buenas vibras y vientos fríos con sentimientos llevaderos inconscientes. Algunos te usan para el acarreo de sus lágrimas y penurias, que las elimines y las lleves hacia donde no vuelvan nunca, que vayas borrando su rastro de sus vidas y que un sentimiento de alivio con el tiempo puedas proveerles.En cambio, los más felices y agradecidos usarán tu gran poderío para que en la posteridad de los tiempos y años venideros puedas hacer sentirlos con los miles de recuerdos que se habían ido contigo.

!!Ahh viento!!, tan corto y duradero, tú que amainas casi todas mis madrugadas con suaves ronroneos, visitas a solitarios y a los que tienen compañía, también vas con ricos y pobres cada día, los infelices y también aquellos que gozan de alegría; eres cliente y dueño de todas las almas frías. Eres justo y otras tantas veces el peor caos vivido, y puedes tratar mal a quien menos lo haya merecido, esto es porque careces de alma que sepa distinguir personas buenas, sinceras y francas; que sepa de aquellas que simplemente creo que carecen de una alma sana. Viento, a pesar de todo yo te doy la bienvenida a mis noches y mis días, aunque a veces la insensibilidad no me había dejado caer en cuenta que ya habías aparecido con bondad y te fuiste con parte de mi alegría.

Viento, no me cegues con tu poderío y alimenta con suaves brisas el sentir de alguno que otro placer que en algún momento dejé de sentirlo. Concédeme una cita esta misma noche y no hagas presente tu ausencia hasta que haya caído en sueño profundo.


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