"Ellos se ríen de mí por ser diferente. Yo me río de todos por ser tan iguales"(Kurt Cobain)
Siberia-Gasteiz. Temporal de frío, lluvia, viento y granizo. Máxima, cuatro grados; mínima, menos dos. En mis planes, estrenar un vestido no adaptado al clima polar. Las circunstancias me obligan a inventar, con lo que llevo en la maleta, un look casual.. Casual, de casualidad. En latín accidens/accidentis. El riesgo es evidente.
Un vestido negro, con un punto locos años 20, loco y frío escote en la espalda y locamente poco abrigado. Pero es en las grandes tempestades donde se demuestra la maestría del marinero.
En la maleta, una camisa de leñador. A primera vista, poco tiene que ver con el plisado de gasa y la tira dorada que ajusta la cadera. Pero la desesperación agudiza el ingenio. Y cuela. De casualidad. Accidens/accidentis.
Porque me niego a creer que toso esté ya inventado. Me niego a creer que con la ropa no se juega.. Y que un vestido de noche no casa con una casaca militar.
Vestido flapper negro. Camisa de leñador. Casaca militar.Pero el caos nunca alivió el frío y en la maleta, solo me queda el chaleco de pelo que siempre me salva la vida, ¿Quién dijo que menos es más?
Y así, fruto de un accidente, de un día frío, de una maleta mal hecha, de un "estreno sí o sí", nació un look casual, de casualidad. Porque, por suerte, no todo está inventado. Y porque los que dicen que es imposible no deberían molestar a los que están haciéndolo. Ni en un look, ni en el blog, ni en la vida. Porque una buena idea es el accidente de un imposible.