Probablemente uno de los partidos más llamativos de la jornada de euroliga que comienza mañana sea el Baskonia-Efes. Al margen de la vuelta de Heurtel o de los números ofensivos de ambas escuadras, uno de sus puntos de atención esta en los banquillos donde Velimir Perasovic se enfrenta a uno de sus ex equipos. Un Efes dirigido por Dusan Ivkovic que a su vez fue entrenador del propio Peras. En las previas ya se ha recordado que el serbio dirigió al croata en el mundial de Argentina y el eurobasket de Roma.
Pues bien, añado una frikada: no fue la primera vez. Y es que, aunque Perasovic vivió la mayor parte de su carrera de formación a las ordenes de Halillovic, el actual técnico del Baskonia coincidió, como mínimo, en dos ocasiones más a las ordenes de Ivkovic. La primera de ellas en Canada, en la universiada de Edmonton 83. Yugoslavia llegó invicta a la final pero en ella caí ante la anfitriona. Una excelente Canada ,dirigida por Jack Donohue y liderada en la pista por Jay Triano, que había sido capaz de eliminar a Usa en las semifinales. Un equipo estadounidense en el que estaban, entre otros, Charles Barkley, Karl Malone, Kevin Willis, Ed Pickney o Johny Dawkins, lo que da una idea de la fortaleza del torneo. La Yugoslavia que se llevo la plata contaba además de con Ivkovic en el banco y Perasovic en la pista, con jugadores como Drazen Petrovic, Grbovic, Cvjeticanin, Mutapcic, Jadran Vujacic o el gran Ivan Sunara.Un año más tarde, Ivkovic volvía a ser el entrenador de Perasovic, en esta ocasión en los juegos de los balcanes y con similar resultado: una medalla de plata, lógicamente menos lustrosa dado el nivel del torneo. La causante una derrota inexplicable ante Bulgaria en la jornada inaugural por 78-68. Ese equipo de Ivkovic contaba, al margen de Peras, con algún superviviente de Edmonton 83 como el propio Drazen (que ni los juegos balcánicos se llevaba por entonces) junto a incorporaciones de jugadores a la postre de largo recorrido: Stojko Vrankovic, Slobo Jankovic, Pahlic (que poco se le recuerda y que jugadorazo era), Sasa Radunovic, Milicevic o el gran Slavko Kotnik.Lo dicho, una frikada sin más, pero la prueba, a su vez, de que como digo siempre este baloncesto europeo nuestro sigue teniendo un montón de intrahistorias quizás pequeñas pero sin duda merecedoras de contar.