Revista Salud y Bienestar

Perder la Memoria (II)

Por Seo Bloguero

Perder la memoria (Segunda Parte) (ir a la primera parte)
La pérdida de memoria, uno de los primeros signos de la enfermedad de Alzheimer, es un proceso irrecuperable aunque existen medidas que ayudan a enlentecerlo
Señales de alarma

Gracias a fármacos y a estimulación cognitiva, mediante talleres de memoria y ejercicios, es posible enlentecer entre dos y tres años la pérdida de memoria

En la enfermedad de Alzheimer se puede recordar bien el pasado lejano, pero no los sucesos recientes. Que un anciano explique hechos del pasado una y otra vez, sus batallitas, es un ejercicio sano. Pero que una persona pregunte «¿qué día es hoy?», reciba una respuesta, y al cabo de pocos segundos vuelva a preguntar lo mismo es una señal de alarma, según Hernández. 

Habitualmente, las personas con Alzheimer no consultan por sí mismas al médico, sino que son sus familiares, preocupados por sus problemas de memoria o por su conducta alterada, quienes lo hacen. La enfermedad puede afectar a tareas de la vida diaria, como olvidar poner una lavadora, hacer la compra o el control del dinero.Una característica de estas personas es que tienen dificultades con las monedas pequeñas y para evitar confundirse comienzan a pagar con billetes de alto valor e, incluso, con la tarjeta de crédito, lo que puede suponer un fuerte golpe para sus finanzas. Identifican mejor los billetes y, en cambio, tienden a acumular las monedas en el monedero. Esta tendencia a acumular también se observa con las compras, ya que suelen adquirir las mismas cosas y almacenarlas. En cuanto a la desorientación típica de la enfermedad, Hernández explica que precozmente tienden a perder la orientación temporal, es decir, tienen dificultades para saber en qué día se encuentran, pero tardan algo más de tiempo en perder la orientación espacial.

Compensar la pérdida de memoria
Actualmente, no es posible restaurar la memoria perdida. Pero el declive de esta función se puede enlentecer entre dos y tres años, gracias a cuatro fármacos autorizados para tratar el Alzheimer y a la estimulación cognitiva. Cuando nace, el ser humano tiene unos cien mil millones de neuronas. Las que se van perdiendo a lo largo de la vida ya no se recuperan. Pero gracias a la estimulación cognitiva, mediante talleres de memoria y ejercicios, como los que realiza la Fundación ACE, es posible crear nuevas conexiones neuronales, lo que se conoce como plasticidad neuronal.

Esta estrategia combinada con la terapia farmacológica permite retardar los efectos del Alzheimer. Asimismo, se proporciona a las personas afectadas una serie de prótesis para que puedan desenvolverse con la mayor autonomía posible en su vida diaria. Entre ellas figuran agendas, listas recordatorias, avisos y recordatorios (tipo post-it) que se les colocan en distintos lugares.Pero lo más importante de todo es diseñar específicamente para ellas una rutina diaria, con unos horarios y actividades muy bien establecidas, sin improvisaciones, a fin de que puedan saber más fácilmente qué les toca hacer en cada momento y favorecer su socialización. La planificación rutinaria de la vida diaria es esencial porque, aunque se le dé a la persona una agenda como ayuda, no es seguro que se acuerde de mirarla. En cambio, si se le crea una rutina diaria, según la cual debe consultarla a una hora determinada, es más probable que la utilice, según la neuróloga.

El Aprendizaje protege

Perder la Memoria (II)

Imagen: Dicemanic / Flickr 

El Journal of Neuroscience ha publicado este año una prueba científica según la cual el aprendizaje retrasa la formación de las lesiones cerebrales típicas del Alzheimer. El experimento, realizado por investigadores de Neurobiología y Conducta, de la Universidad de California y del Centro Médico Montefiore, de Nueva York (EEUU), se llevó a cabo en ratones transgénicos (modificados genéticamente para desarrollar Alzheimer). La prueba consistía en dejarlos en un tanque de agua del que no podían salir a menos que descubrieran una plataforma en la que podían hacer pie y descansar.Un grupo de animales fue entrenado cuatro veces al día durante una semana. Mientras que al grupo control sólo se les permitió nadar una vez antes de examinar sus facultades mentales y su cerebro. El resultado fue claro: los animales del primer grupo fueron capaces de recordar más fácilmente dónde estaba la plataforma de descanso y su cerebro tenía menos lesiones que los del segundo. El estudio sugiere que el aprendizaje y las actividades mentales (como la lectura o hacer crucigramas en el caso de los humanos) ejercerían un efecto protector para evitar el Alzheimer.Fuente: Eroski ConsumerSomos información


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