Revista Infancia

Perder un hijo en su primer año de vida podría aumentar el riesgo de muerte precoz de los padres

Por Mamasybebes
Un estudio encontró que las madres seguían siendo particularmente vulnerables décadas después.
Los padres, sobre todo las madres, que experimentan el nacimiento de un niño muerto o la muerte de un hijo en la infancia tienen un mayor riesgo de muerte durante varios años después, sugiere un estudio reciente.
Investigadores de Reino Unido observaron datos del censo y del registro de muertes sobre padres que habían tenido un hijo muerto entre 1971 y 2006, o cuyo hijo había muerto antes de cumplir un año, y compararon sus tasas de muerte con las de los padres de niños que sobrevivieron más allá del primer año de vida.

Los autores del estudio hallaron que las madres y padres de Escocia que habían perdido un bebé tenían más del doble de probabilidades que otros padres de morir o enviudar en los primeros quince años tras la muerte del niño.
En Inglaterra y Gales, el equipo de investigación solo tuvo acceso a estadísticas de mortalidad de las madres. Hallaron que las madres tenían más de cuatro veces más probabilidades de morir en los 15 años tras la muerte de su hijo que los padres que no habían experimentado ese tipo de pérdida.
El riesgo de muerte entre las madres siguió siendo elevado durante hasta 35 años tras la muerte de su hijo, según el estudio, que aparece en la edición en línea del 8 de septiembre de la revista BMJ Supportive & Palliative Care.
Los autores del estudio, Mairi Harper de la Universidad de York y colegas, especularon que el potente duelo asociado con la muerte de un niño podría afectar el sistema inmunitario, aumentando las probabilidades de enfermedad y el riesgo de muerte.
Pero otros expertos advirtieron que los investigadores no examinaron la causa de muerte de los padres, así que no hay forma de saber si el duelo contribuyó a la muerte.
Las madres de niños que mueren antes de nacer o poco después podrían ya tener afecciones que llevaban a una mala salud tanto del bebé como de la madre, anotó Kenneth Doka, profesor de gerontología de la Facultad de postgrados del Colegio de New Rochelle, y asesor principal de la Hospice Foundation of America.
"Cualquier cosa que afecte la salud de la madre también puede afectar la del bebé", apuntó Doka.
Estudios anteriores sobre padres que han sufrido la muerte de un hijo de más edad no han encontrado una relación firme entre esa pérdida y un mayor riesgo de muerte, añadió Doka.
Y a pesar de los hallazgos, los padres que han perdido a un bebé o tienen un mortinato no deben interpretar que los hallazgos signifiquen que están destinados a morir antes, señaló Louis LaGrand, director de Loss Education Associates en Venice, Florida. LaGrand presenta talleres sobre el afrontamiento del duelo.
En 1970, LaGrand y su esposa hallaron a su hija de cuatro meses muerta en su cuna. Estaban devastados, recordó. Pero, eventualmente, la familia se recuperó.
"Mi esposa y yo seguimos juntos. Tiene una salud muy buena", afirmó LaGrand.
Pero no hay duda de que el nacimiento de un niño muerto o la pérdida de un hijo en la infancia pueden ser extremadamente dolorosos y estresantes. Quizás, en su dolor, es menos probable que la gente se cuide durmiendo lo suficiente, comiendo bien y haciendo ejercicio. O algunas personas podrían recurrir al alcohol para afrontar el duelo, apuntaron los expertos.
Aunque quizás parezca imposible, los padres pueden superar la muerte de un bebé, y lo hacen, afirmó LaGrand. Él y su esposa tienen cuatro hijos. Cada año, en lo que sería el cumpleaños de su hija, LaGrand y su esposa se toman un momento para recordar a su niña.
"Creo que la clave es asegurarse de construir un amplio espectro de conexiones con personas, lugares, cosas, ideas, información, belleza, amor y espiritualidad, esas cosas que son el corazón, la mente y el alma de la vida", aconsejó.
El duelo es el proceso de aceptar lo que sucedió y que no se puede cambiar, dijo. Unirse a otros padres que han perdido a un hijo puede ayudar a aliviar la tristeza.
"Siempre tendrá una relación con el hijo que perdió. Siempre recordará a su ser querido", añadió LaGrand. "Pero es posible tener esa relación y volver a la vida al mismo tiempo, aprender a amar por separado".
Desde | Healthfinder
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