Revista Opinión
Perdi mi virginidad con una Prostituta ¡Y Que!
Publicado el 26 mayo 2017 por Galicamilo Camilo Galindo Castelblanco @GaliCamiloNo suelo hablar de estas cosas, lo cierto es que para el arte de congeniar con mujeres soy tremendamente malo, la timidez, la falta de gustarme bailar, mi rareza, mi auto-aislamiento social y quizás mi falta de moto o carro no me ayudan a entablar buenas relaciones ni a conocer chicas, para tener amistades o parejas, en conclusión soy un pendejo en el arte de hacer amistades con mujeres, en el transcurso de mi vida he conocido pocas amigas y la gran mayoría por una u otra cosa ya no son mis amigas.Algunos hombres van a donde las prostitutas porque sus parejas no los satisfacen, porque sienten un extraño fetiche por estar con un vasto número de mujeres, porque sus amigos los invitan a ir, en fin hay muchos motivos en mi caso cuando era mas joven e inmaduro no podía dejar una semana sin ir a donde estas mujeres a veces ni tenía ganas de sexo solo lo hacia por sentir por unos minutos que tenía una novia a quien amar, muchas veces cuando iba a estos sitios terminaba contándoles mi vida a estas mujeres, algunas otras ellas me contaban sus desdichas a mi, en esa época de mi vida si algo me deprimía era ver como mientras algunos hombres congeniaban fácilmente con mujeres para mi era casi imposible el solo poder darle un saludo a un mujer, por eso dure mucho tiempo con el vicio de ir donde las prostitutas.Si les soy sincero aun soy un marica a la hora de tratar de entablar una relacion con una mujer, pero ya hace mucho que deje el vicio de ir donde las prostitutas, sencillamente porque ahora ese presupuesto que tenía destinado para ellas lo he aprovechado mejor en otras cosas, ya al experimentar tantas clases de relaciones sexuales ya poco me sorprende y finalmente las putas y los ladrones trabajan juntos, las prostitutas puede que sean buenas personas pero al final de cuentas lo único que buscan es una forma de fidelizar a sus clientes para ellas tener un ingreso fijo asi que una amistad con ellas casi nunca es real. Ya he madurado mucho y por tal motivo ahora no me llama la atencion ir a buscar prostitutas, se que con este escrito muchas personas me llamaran inmoral, pero si algo pensaba en ese entonces y aún lo pienso es que para mi una mujer que se dedique a la prostitución es mas decente que una mujer que da su cuerpo al primer idiota que ofrece unos tragos y dice cosas bonitas, la prostituta al menos le pone un precio a su cuerpo y lo hace por una necesidad la otra mujer parece que no tiene autoestima alguno.Yo creo en la libertad y para mi cada quien vera que hace con su cuerpo, no pretendo decir que ser prostituta es una profesión ejemplar o que buscar sexo en un bar es inmoral, solo quiero hacer una reflexión para que se deje de ver a las prostitutas como lo peor del mundo, estas personas en cierta forma son muy útiles a la sociedad, tampoco que se juzguen a sus clientes, cuando uno contrata el servicio de una prostituta solo busca pasarla bien sin hacerle daño a nadie, cosa que no hace un violador, un acosador o incluso chicos desesperados buscando sexo en un bar, todos ellos pueden ser una amenaza para toda mujer en determinado momento.Yo soy un pendejo a la hora de entablar relaciones sentimentales con una mujer, las prostitutas me dieron confianza, yo perdi mi virginidad con una prostituta, en la época en la que todo adolescente sentía que para no ser un niño debía perder su virginidad, curiosamente los que piensan asi son los mas inmaduros, pero bueno para bien o para mal no me arrepiento de haber tenido sexo con prostitutas, en la actualidad ya no busco satisfaccion sexual poco interes me despierta, aspiro a que mi proxima relacion sea por amor o al menos por un acuerdo de placer mutuo que no requiera que le pague dinero a la otra persona, esto es algo que no se debería contar, es parte de mi privacidad pero lo cuento porque me interesa que se acabe esa doble moral de muchas personas que juzgan a las prostitutas pero a espaldas no hayan como obtener sexo ya sea con mentiras baratas, gastando tragos o forzando a otras personas contra su voluntad, además de esas otras personas que se venden por palabras bonitas pero ilusas, por tragos o que sencillamente les gusta estar con uno y con otro.
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Galicamilo Camilo Galindo Castelblanco
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