El proceso de convertirse en vampiro es muy doloroso. Los que toman el don de Lovar no se atreven a hablar de la suerte que espera a aquellos que no completan con éxito el ritual.
Atormentados por el dolor y la locura, los supervivientes de un ritual fallido se convierten en horribles bestias vampíricas que conocen solo la sed y la rabia.
Solo el dominio de los rituales Maranianos oscuros permite controlar a los "Perdidos"...