Revista Cultura y Ocio

Perdidos: El comienzo de una era

Publicado el 29 mayo 2010 por Mike_lee
Por mucho que cueste creerlo, Perdidos ha llegado a su fin. Seis años después de su sorprendente estreno, es la hora de despedirse de la Isla, sus habitantes y náufragos, aquellos con los que hemos recorrido un largo camino que ha traspasado las barreras de la ficción televisiva.
Perdidos: El comienzo de una era
Detrás de la serie se encuentran J. J. Abrams, Jeffrey Lieber, Damon Lindelof y Carlton Cuse con sus planteamientos y desarrollos inquietantes (siendo los dos últimos los más vinculados a las temporadas finales), la eficaz dirección de Jack Bender y la extraordinaria banda sonora de Michael Giacchino; gracias a su contribución y la de muchos otros hemos podido disfrutar de una serie única y presenciar su impactante conclusión, que ha supuesto todo un homenaje a los años transcurridos además de un punto final memorable.
Desde sus comienzos, Perdidos ha supuesto una renovación técnica y temática en el mundo de las series de televisión. En el primer campo se ha aproximado notablemente al mundo del cine con altos presupuestos, grandes medios a su disposición y una cuidada puesta en escena, además de romper la linealidad narrativa de tres formas distintas (flashbacks, flashforwards y por último flashsideways), resultando una propuesta realmente arriesgada que ha propiciado el arranque de series de formato similar como Prison Break, Héroes o Fringe (sin llegar ninguna de ellas a su nivel).
Perdidos: El comienzo de una era
En cuanto a temática, han sido varios los géneros tocados por la serie gracias a su mencionada estructura (de la supervivencia de los náufragos a dramas policíacos, pasando por referencias mitológicas), estando siempre presente una lucha dialéctica entre dos fuerzas opuestas reflejada en diversos ámbitos: el colectivo frente a los otros, fe contra ciencia, pasado y futuro, crimen y redención, el bien contra el mal y, en última instancia, la vida y la muerte.

También hay que considerar el fenómeno social que ha supuesto. Con las crecientes intrigas y el misticismo que abunda en la serie, millones de seguidores de medio mundo se han volcado a compartir sus opiniones, hipótesis y teorías en Internet, plataforma fundamental para su difusión que ha propiciado su rápido intercambio junto a la elaboración de subtítulos por los propios fans (en muchas ocasiones de mayor calidad que los proporcionados por las cadenas oficiales) y que ha conducido al estreno simultáneo de su último episodio en un buen número de países, algo sin precedentes.

Perdidos: El comienzo de una era
No son pocos los seguidores en desacuerdo con la última temporada en general, a la que acusan de no contestar las preguntas planteadas a lo largo de la serie. Sinceramente, en ningún momento de las temporadas anteriores se había respondido nada a las claras, por lo que ahora no iban a cambiar de parecer. Además, parte del éxito de la serie reside en su capacidad de sugerir en lugar de mostrar, dando a los espectadores un papel activo a la hora de involucrarse con la historia y elaborar su propia interpretación.

Aun así, esta entrega final nos ha dejado con nuevos grandes momentos (la secuencia del aterrizaje en LA del primer episodio, el suceso del submarino o la parte final cíclica) y con el desarrollo de personajes únicos con los que identificarnos, entre los que me gustaría destacar la progresiva evolución de Jack en las últimas temporadas y el contraste de John Locke, magistralmente interpretado por el actor Terry O'Quinn.



Ha llegado la hora de pararse a pensar en el viaje, de reencontrarnos con los personajes, de recordar los momentos que nos marcaron y también de despedirse. Hasta siempre, Perdidos.


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