Perdidos: ¿el final más fácil?

No ha sido un fundido en negro, como en Los Soprano, tampoco un sueño de Resines, como en Los Serrano, pero tras seis temporadas, 121 capítulos y mil y una hipótesis el final de Perdidos ha dejado frío al respetable. Un público fiel que como recompensa sigue con más dudas que certezas.

Es verdad que para la gran mayoría de los seguidores de la ficción creada por J.J.Abrams, Damon Lindelof y Carlton Curse el camino era más importante que la meta. Las preguntas, las interrogantes, las teorías y discusiones son más valiosas que las respuestas.

Pero este desenlace, un evento global emitido de forma prácticamente simultánea para 59 países, amén de ser previsible (la del viaje hacia el más allá era una de las teorías más extendidas y que se barajaban desde el inicio de la serie) parece la salida más fácil. Un final que concede a Abrams y a los suyos bula para dejar sin resolver el rosario de interrogantes que han dejado por el camino desde que se estrelló el vuelo Oceanic 815.

El doble capítulo final ha sido recibido con cierto desencanto por parte de los seguidores, que no han dudado en expresar sus quejas en foros y redes sociales. "Decepcionante", "indignante" o "un auténtico fraude", son algunos de los comentarios que ha despertado The End.

Emisión accidentada

Desencanto que en los madrugadores fans españoles se suma al malestar por los problemas técnicos durante la retransmisión que empañaron un momento para ellos histórico. Fallos en la sincronización de los subtítulos, escenas directamente sin subtitular u otras en las que la imagen quedaba pixelada o congelada fueron algunas de las incidencias que salpicaron la retransmisión.

Errores por los que Cuatro, la cadena que asumió el reto en España de ofrecer casi en directo el final de Lost, tuvo que pedir disculpas al finalizar la emisión. De hecho, algunos saltos en la imagen, que dejaron sin emitir instantes del capítulo en España, sumados a la ausencia de publicidad hicieron que el 'capicúa' final de Perdidos llegara antes para los seguidores españoles que para los estadounidenses. Lo que, islas al margen, sí que es un auténtico híto de la televisión.