Es un alivio ver ciencia ficción no gringa. Por el contrario, es una lamentable pérdida de tiempo ponerse enfrente de un bodrio estadunidense que otra y otra y otra vez, repite la receta: valores morales por encima de todo; (la hoy famosa) cuota étnica (aunque haya que meterla con calzador), el amor (soso, acaramelado y empalagoso) lo mueve todo y roles más predecibles que el alza de precios en día festivo.
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" data-orig-size="879,689" sizes="(max-width: 431px) 100vw, 431px" aperture="aperture" />El Mar de la tranquilidad, serie coreana en la misma plataforma está, por el contrario, hasta el otro lado de la galaxia de opuesta a este y a muchos bodoques gringos de la misma plataforma y de varias otras. Se centra en la historia, en los qués, los cómos, los cuándos y los quiénes. Sí retrata personajes, por supuesto, y hasta se hunde en ellos, pero nunca les pasa por la cabeza a los guionistas poner a los protagonistas a darse besitos o a coquetear o a machacar valores de pastor gringo. El centro de la historia es la historia misma, no las tribulaciones accesorias hechas a modo para que adolescentes (reales o tardíos) se identifiquen con los personajes.
A tener más cuidado: la vida es demasiado corta para andarla desperdiciando en bodrios gringos.