Revista Salud y Bienestar

Perdiendo la ilusión

Por Carlos

Contrato programa, contrato de gestión, pacto de gestión… no señor, no, ni contrato, ni programa, ni pacto, ni gestión, ni nada. Acabando el mes de mayo, el mes de las flores, y apenas tenemos indicios de lo que pueda llegar a ser la situación en nuestros centros sanitarios, solo sabemos que no será muy florida.

De momento no hay productividad, que es el resultado de un contrato o pacto entre dos partes: de un lado la administración a través de nuestros directivos y de otro lado nosotros.

Bueno no es seguro, lo mismo hay, pero mermada en un 50% porque no hemos cumplido nuestra parte del compromiso ¿seguro? ¿donde está la evaluación?

Los pactos de gestión son compromisos por ambas partes, ¿evaluamos el cumplimiento de los compromisos de nuestros gestores?.

PERDIENDO LA ILUSIÓN

Por donde empezamos:

¿por el sueldo? que disminuye por decreto,

¿empezamos por las sustituciones? que no solo vienen impuestas sino que nos machacan diciendo que son excesivas, los mismos que las han defendido a capa y espada cuando estaban al otro lado,

¿empezamos por los medios de los que disponemos para llevar a cabo nuestras funciones?,  pero hombre, si se permiten el lujo de no efectuar reparaciones porque dicen que no hay dinero, de no suministrar bolígrafos porque no hay dinero, de no poner en marcha la receta electrónica porque no la han ensayado suficientemente… pero si ni siquiera son capaces de defender nuestros intereses cuando algunos “altos cargos” declaran que el médico no cumple, que hacemos el vago, que mas nos valdría parecernos a enfermería…

Y en medio de esta vorágine, las consignas de siempre, que es hora de esforzarse, que en Aragón no ha habido recortes, que se han recortado las listas de espera pero no gracias a nuestro trabajo sino a que los directivos han logrado hacernos trabajar mas por menos ¿seguro?

Dónde quedan la carrera profesional, ¡suspendida!, la formación a cargo de la empresa ¡bajo mínimos!, el reconocimiento del tiempo que utilizamos estudiando,¡en el cajón del olvido!, la cartera de servicios ¡recortada!… y la culpa siempre es de los mismos, de los médicos, de nuestros representantes laborales, de los pacientes que son unos insensatos, ¿será posible tanta ignominia?

Eso si, señores, hay que arrimar el hombro, pero ¿donde lo arrimamos, para empujar  hacia adelante o para sujetar la pared que se nos cae?

En junio, o julio… ¿firmaremos un compromiso llamado pacto?, ¿y cuando lo evaluaremos, en septiembre?¿volverán a cambiar las reglas del juego a mitad de partido y decidiremos la evaluación a penaltis?

Nosotros esperamos de nuestros dirigentes que sean capaces, que sean leales, que sean coherentes, que no vayan a salto de mata, que sean claros, que sean competentes, que tomen las decisiones con profesionalidad, que sean dialogantes… y esto lo esperamos de los que están en el gobierno y de los que están en la oposición.

Pero, ¿que esperan de nosotros?¿que rellenemos papeles? ¿que nos dediquemos a poner cruces en los protocolos? ¿que renunciemos “por el alma de la abuela” a nuestros derechos adquiridos sin negociar? Y todo esto ¿a cambio de que?

Pudiera ser que todo esté en marcha, que sea yo el que no se entera, que simplemente fallen los canales de comunicación… puede ser, pero también puede ser que estemos todos “a verlas venir” y que profesionales, gestores, colegios, sindicatos, asociaciones científicas, asociaciones de pacientes, políticos y demás, estemos esperando la evolución de la prima de riesgo y de si Grecia se sale del euro.

Si la presunción de inocencia, como debe ser, la tiene un imputado hasta que no se demuestra su culpabilidad ¿a que vienen los continuos ataques contra nosotros, nuestra integridad y profesionalidad?¿no nos merecemos, al menos la presunción de inocencia también?

Me temo, que a palabras altisonantes proferidas por epiglotis adormecidas, trompas de Eustaquio sumidas en un profundo estado de catalepsia, es decir a palabras necias…


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