YO TAMBIÉN PIDO PERDÓN
Ya que ahora está de moda
y por cierto luce muy bien
eso de andar haciendo fila
en los canales de televisión
para expresar asombro
repudio e indignación
hacer arcadas
y de pasadita pedir perdón
por pequeños y menores
pecadillos de acción u omisión
yo también quiero hacer
mi modesto aporte
a la “reconciliación”
Pido perdón
por haber sido tan estúpido
tan suspicaz y mala leche
de haber siquiera imaginado
que gente como Hernán Larraín
Longueira, Novoa, Melero
Coloma , Fernández Fernández
Lavín, Chadwick y Cardemil
sabían al dedillo
por no decir a la derecha
y también a la reversa
absolutamente todo
todo todo lo que ocurría
pero igual siguieron ejerciendo
por años y años
el inicuo oficio de lamer
botas ensangrentadas
En el caso de Jaime Guzmán
-cuyo asesinato me pareció
y me sigue pareciendo
un error y una tontería-
también viene al caso explicitar
mi sincera contrición
por haberle atribuido
alguna responsabilidad
en el diseño del entramado
legal, constitucional y demencial
que aún nos tiene atrapados
y a merced de ese puñado
de tan nobles y abnegadas
familias que son dueñas
de casi todo
por no decir de todo
A la señora candidata
Evelyn Matthei
también le debo una disculpa
por haberme debatido
entre reír a carcajadas
o comerme la mierda
cuando hace no mucho declarara
que como hija de general
daba absoluta y total fe
que para los militares
nada era ni es más sagrado
que los Derechos Humanos
Y a todos ellos en general
les pido de corazón
y si quieren de rodillas
que me perdonen si alguna vez
caí en el error de mal-pensar
decir o escribir
que son del mismo sector
de abnegados patriotas
que en aras del bien común
dieron su más gentil auspicio
colaboración y abierto apoyo
a lo que todos sabemos
y que luego callaron por décadas
lo mismo que ahora
treinta o cuarenta años después
y no sin antes haberse enriquecido
hasta el límite de lo grotesco
les produce tanta vergüenza
justo justo a pocos meses
de ese show que llaman elecciones
Y como procuro ser un tipo correcto
también pido perdón
por haber creído que lo coherente
lo necesario y lo decente
aunque en ello se nos fuera la vida
era dar la pelea y salirles al paso
con todo lo que tuviéramos a mano
y hacer lo posible y lo imposible
para terminar con la pesadilla