Revista Opinión

Perdón por la conquista de América

Publicado el 12 mayo 2019 por Carlosgu82

Disculpas por la conquista de América

Cada cierto tiempo algún mandatario exige una disculpa histórica por algún hecho del pasado que involucra a varias naciones.

Esto pasa con bastante frecuencia, aunque desde España solemos ignorarlo hasta que nos vemos involucrados en las exigencias por algún mandatario latinoamericano. En ese momento, nos rasgamos las vestiduras y nos enzarzamos en una contienda de desprecios e insultos por tal demanda.

Lo cierto es que este tipo de demandas suelen utilizarse para desviar la atención de algún hecho de la vida pública que no interesa que siga en las portadas. Siempre es bien recibida por el pueblo, y crea conflicto. Perfecto para desviar la atención.

En España también somos artistas en este tipo de demandas, todos sabemos dónde está Gibraltar…

Hace poco, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador volvió a reivindicar una demanda histórica que permanentemente a lo largo de la historia ha sido exigida por distintos mandatarios, de distintos países.

Tengo presente que es un sentimiento común en Latinoamérica: Argentinos, chilenos, venezolanos, colombianos, mexicanos, paraguayos, uruguayos, nicaragüenses, etc  creo que es común a toda Latinoamérica.

Lo cierto, y es algo que no se puede negar, las atrocidades y la masacre de los pueblos indígenas durante la conquista están escritas y forman parte de la historia. Quien lo niegue, miente. La superioridad militar del continente europeo, que llevaba toda su historia enfrascado en guerras, y el momento histórico del cristianismo expansivo e imperialista, hizo una amalgama de prepotencia y sangriento abuso de los pueblos indígenas americanos por parte de los españoles, portugueses e ingleses, en la conquista.

Reconocer el genocidio y el abuso no debería costarnos, es algo que deberíamos asumir, afirmar, y apenarnos. Quizá de ahí venga la demanda latinoamericana, de no terminar de reconocer que españoles, en el siglo XV, fue un imperio tan sanguinario como el inglés o francés.

Desde aquí, como español, pido disculpas a todos los pueblos indígenas por las atrocidades que, en nombre de Dios y del reino de España, cometieron mis antepasados hace 500 años.

A los aztecas e incas, y a otros pueblos que tras doblegarlos lucharon con los españoles contra los aztecas, como huancos, guaraníes, totonacas, tlaxcalteca, etc.

Sé que no sirve de mucho, pero si es una demanda de Latinoamérica, creo que se debe dar, porque la verdad es que se cometieron tales atrocidades por parte de nuestros antepasados. Aunque la disculpa vaya destinada a pueblos que ya no existen, la historia debe reconocer la realidad.

Sin embargo, también quiero decir que, como natural de Sevilla, una ciudad que forma parte de la civilización mas antigua de occidente, Tartessos, debo comentar que a mi pueblo originario de Tartessos, lo han invadido, masacrado y abusado prácticamente todas las culturas de occidente. Pero la historia es el recorrido de los hechos que nos han traído hasta aquí. Y somos lo que somos, por la historia que nos ha traído.

Desde aproximadamente el 3000 a.C. mi pueblo ha sido invadido por diferentes culturas. Soy tarteso y fenicio, soy etrusco y griego, y luego cartaginés,  que terminó por destruir Tartessos.

Hasta un poco de Vikingo y Lusitano puedo ser.

Así puedo decir que soy latino porque el Imperio Romano masacró y conquistó a mi pueblo, antes de que volvieran a pasar por encima los Visigodos  y Vándalos. Luego el islam nos volvió a pasar por encima en el año 700 dC.

Soy Omeya porque desde Siria llegaron tropas que volvieron a masacrar y expoliar mi pueblo, un poco berebér, y finalmente fueron los Castellanos en la reconquista cristiana, quienes volvieron a arrasar mi pueblo.

Y todo eso es lo que soy. Soy latino, y de la conquista de mi pueblo por el imperio romano, y la reconquista por Castilla, los latinoamericanos también lo son.

Nunca se me ocurriría exigir unas disculpas por lo que todas esas culturas hicieron a mi pueblo. Lo arrasaron, asesinaron, y expoliaron los recursos, se quedaron aquí, y nos dejaron parte de su cultura.  Pero aquellas naciones ya no existen, forman parte de la historia, y dejaron su poso cultural que es lo que forma parte de mí.

Mi lengua, mi cocina, mi actitud, mi cultura, los monumentos que dejan la huella que muestra que siglos atrás otras culturas estuvieron aquí. Todo eso suma lo que somos.

Los pueblos de América, los indígenas que masacraron mis antepasados, también dejaron poso en la cultura que tengo. No solo llevaron muerte y cristianismo los españoles, también llevaron cultura, y se trajeron cultura. Y los que quedaron allí, hicieron lo que ahora son los que viven.

Por tanto, no solo pido disculpas por el genocidio, también doy gracias a los pueblos americanos por todo lo que nos han dado, y digo que para mí, latinoamericanos son mis hermanos. Compartimos lengua, cocina y costumbres. Compartimos historia y cultura.

Y espero que algún día entiendan que la historia es lo que nos ha traído a donde estamos, y que quienes compartimos historia y cultura somos hermanos, no enemigos.


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