Después del desmadre causado en mi corazón por tu amor, he empezado a comprender, que está en mi quedarme estancada en este agujero, esperando a que regreses con las finas palabras “Perdóname, te extraño tanto, fui un estúpido al dejarte ir” o despolvar mis alas que guarde para poder caminar de tu mano juntos por esta vida, cuando para mí era algo nuevo andar en la tierra, antes de que llegaras a mí, yo no solía caminar, yo habitaba con frenesís en la luna, yo andaba de aquí y allá por las veredas de la imaginación, por los jardines de la soledad que eran demasiado preciosos, gracias a ellos aprendí amar mi tiempo a solas.
Pero llegaste tú y ¡Por dios! en cuanto vi eso preciosos labios quise atarme a ellos de por vida, quise que esos ojos solo brillaran por culpa mía, que esos gestos solo me perteneciera a mí, que esas manos solo me tocaran a mí y me hicieran llegar al cielo sin movernos del suelo, quise ser tu único pensamiento, pretendí ser tu amor y que fueras el mío y no lo logre.
Solo logre llegar a ser una estúpida enamorada que se quedó con el corazón roto, por no saber quedarse con algo de tanto que entrego, por amar sin freno y choco contra tu desprecio, por ponerte primero a ti en todo. Por dejar que fueras mi mundo, que eras todo lo que un día soñé.
Te amo demasiado y te extraño como nunca, pero tengo que agarrarme fuerte de donde sea para no llamarte y decirte que te amare por siempre, tengo que coger mis sentimientos y encerrarlos en una caja fuerte hasta que entiendas que yo estaba ahí y te des cuenta de que tan importante era en tu vida, que yo era la que balanceaba tu día, que yo era la que te hacía reír y que te escuchaba cada vez que lo necesitabas.
Amor mío, quieres darte cuenta cuanto era lo que me amabas, pues pronto lo sabrás ya empezaste bien. El primer paso era perderme, ya solo falta que pasen los días o tal vez los meses para que sientas el chinazo de mi ausencia.
Perdóname por pretender ser el amor de tu vida cuando solo llegue a ser nada, no llegue a ser nada.