Revista En Femenino

Perfeccionismo y exigencia ¿positivo o negativo?

Publicado el 06 junio 2016 por Femeniname
On 6 de junio de 2016 by femeniname

Si buscamos en el diccionario de la Real Academia Española la definición de perfeccionismo y exigencia, nos encontramos con estas definiciones con connotaciones negativas:

  • Perfeccionismo: Tendencia a mejorar indefinidamente un trabajo sin decidirse a considerarlo acabado.
  • Exigencia: Pretensión caprichosa o desmedida.

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Aquí nos surge la pregunta si el perfeccionismo es positivo o negativo. Pensemos en varios ejemplos, como un músico que ensaya continuamente su pieza para un próximo concierto, un deportista que entrena para su partido o quizá una trabajadora que lleva con un informe varias semanas habiendo pospuesto la fecha de entrega varias veces porque nunca lo considera acabado.

La diferencia está en el hecho de si la actividad que estamos perfeccionando nos produce angustia o placer. El perfeccionismo y la exigencia es positivo o negativo, dependiendo si lo disfrutamos o no. Si hay angustia es negativo, si hay capacidad de disfrute es positivo.

Características del perfeccionismo “negativo”:

  • Depende siempre de la opinión de los demás porque detrás hay una idea falsa de que si no lo hago bien no me van a amar.
  • Sostienen un pensamiento catastrófico, no se permiten cometer errores y por tanto se evita el desastre porque si me equivoco va a ocurrir un desastre.
  • Sus pensamientos son dicotómicos y extremos: todo es blanco o negro, bueno malo, guapo o feo… no ven que existe una amplia gama de colores.
  • Repiten y revisan sus tareas continuamente porque siempre tienen que hacer las cosas bien, evalúan lo que hacen porque nunca es suficiente.
  • Es una autoexigencia consigo mismo y también con los demás, pretendiendo controlar todo lo que hacen, lo que genera una continua frustración.

Los “debería” y “tengo que” del perfeccionista producen presión en el deber, asociado también a la culpa porque nunca consiguen los objetivos y cuando se consiguen no se ven los efectos positivos o éstos duran muy poco. Esta presión autoimpuesta puede generar consecuencias negativas en la salud física y emocional (ansiedad, depresión, síntomas psicosomáticos, etc.).

Por tanto, salir del miedo a los errores y celebrarlos, no estar tan atentos a la mirada del otro y ser un poco imprudentes nos ayudarán a aceptar equivocarnos como parte de nuestro crecimiento y confiar en nuestra capacidad porque hacer las cosas bien es positivo pero no es lo mismo querer hacer las cosas bien porque sí, que hacerlas por miedo a fracasar. Disfrutemos no tanto del logro como del recorrido en sí.

El perfeccionista no juega para ganar sino que juega para no perder (Bernardo Stamateas)


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