Se trata de una limpiadora-desmaquilladora en espuma para usar con la piel húmeda, frotando suavemente y eliminándola con agua, que al mismo tiempo que se lleva la espuma, arrastra el maquillaje (si vamos maquilladas) o la suciedad e impurezas que quedan en nuestra piel al final del día.
Desde la desaparición de mi adorada Calming Foamy Cleanser de Elizabeth Arden (de la que guardo unos últimos botes como oro en paño) voy probando limpiadoras en espuma (no soporto desmaquillarme con leches desmaquilladoras ni otros productos que no se retiren con agua) y hace poco cayó en mis manos una muestra de esta limpiadora de Estée Lauder que hoy os presento.
La recomiendan para pieles normales y mixtas, no mencionan especialmente las pieles grasas. Y es que realmente al terminar la limpieza del rostro no sientes esa sequedad que dejan a veces las limpiadoras al agua para pieles grasas. Esto podría parecer bueno a priori pero a mi personalmente no me ha gustado demasiado, ya que he sentido la piel todavía algo cremosa... como si no se hubiera acabado de eliminar el producto de la piel. Quizá simplemente es que mi piel es algo más grasa del tipo de piel para quien se recomienda esta limpiadora. Además, tiene demasiado perfume en mi opinión.
Para pieles grasas, veo en la web que tienen otra versión del mismo producto, pero más purificante y con arcilla. Estoy segura que esta sería más apta para mi piel y espero poder probarla algún día. Se llama Sparkling Clean Purifying Mud Foam Cleanser.
No tengo mucho más que decir, no es que me parezca un mal producto, pero no me ha sorprendido para bien ni me ha impactado especialmente (en mi tipo de piel)
Lo podeis encontrar fácilmente en cualquier perfumería o centro comercial que tenga productos de Estée Lauder. Es un envase de 125 ml y cuesta 25,5€.
¿Lo habéis probado? ¿qué os ha parecido?
¡Gracias por leer y comentar!
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