La lavanda o lavandula officinalis o izpilikua en euskera, es una bella planta aromática con flores de color lila-violeta y exquisito aroma. Desde siempre se ha utilizado para ahuyentar la polilla. Es una planta muy empleada en cosmética, especialmente para elaborar colonias, perfumes, jabones, sales de baño... es casi imprescindible tenerla en casa, en un buen tiesto o en el jardín. Con la lavanda podemos tomarnos unos relajantes baños, para ello hervimos 70 gramos de flor en 2 litros de agua durante un par de minutos, colamos y añadimos ese agua a la bañera. Otro remedio muy utilizado es preparar un aceite de lavanda que podemos usar para masajear el cuerpo antes de ir a dormir, ya que tiene propiedades relajantes.
Podemos dejar secar las flores de la lavanda, y preparar unos saquitos aromáticos muy agradables por su rico perfume, que podemos utilizar para aromatizar cajones y armarios de ropa o incluso poniéndolos a la noche debajo de la almohada, con lo que conseguiremos un descaso perfecto, ya que su agradable aroma nos facilita el sueño. Las lavandas se suelen poner a secar boca a bajo, y yo personalmente las pongo en el salón, ya que mientras se van secando van aromatizando la estancia, además de embellecerla, creando un entorno muy campestre. Hay también quien las coloca en algún lugar ventilado y las esparce alejadas unas de otras para que se sequen bien. A mí me gusta poner algunos saquitos en el baño, ya que además de adornar y darle ambiente a nuestro baño, lo aromatiza.
Saquitos aromáticos de lavanda
Para preparar los saquitos solo necesitamos unas bolsitas de tela, donde introduciremos las flores secas. Cuando tengamos los saquitos llenos, los golpearemos suavemente para que las flores se deshagan y comprobaréis cómo el perfume de lavanda se esparce. Podemos también potenciar el olor de los saquitos, echando de vez en cuando unas gotitas de esencia de lavanda. Estos saquitos los podemos combinar con otras aromáticas. Si en casa tenemos romero, menta, tomillo... podemos introducir junto con la lavanda el resto de aromáticas que tengamos, y quedarán unos saquitos increíblemente perfumados. Hay también quien los lleva hasta dentro del bolso, para que ese aroma embriagador le acompañe a lo largo del día, ya que una de sus propiedades es ser calmante.Si no tenéis la suerte de tener aromáticas cerca, prestad atención a las ferias que tengáis en vuestro entorno, ya que siempre encontramos a alguien que vende bolsitas preparadas. Aunque prepararlas en casa tiene su encanto, y más si podemos contagiar de estas labor a los más pequeños, que con su alegría inundarán la casa de felicidad. Otra opción es colocar las flores en algún cesto de mimbre para disfrutar de la belleza de su flor en cualquier momento.