A raíz del post “Periodistas por el bocadillo” publicado ayer aquí, escribe hoy en su blog mi compañero y periodista Daniel Guerrero Bonet:
“Hay una “intentio” que sobrepasa al periodista y se inscribe en la ideología que caracteriza a La Razón y otros medios que allanan el aterrizaje de un neoliberalismo que está presto a aplicar sus doctrinas en todo lo que considera “gastos” y “despilfarro” en este país. Hoy han sido las empresas municipales de Sevilla y ayer fueron los maestros de Madrid, gente floja que opta por un puesto laboral en el sector público para “gozar” de las prerrogativas que confiere ser empleado público, vulgo funcionario. Se olvida el experto en periodismo de investigación de decir que esos trabajadores de la función pública, en cualquiera de sus administraciones -estatal, comunitaria o municipal- acceden al puesto mediante un concurso público al que podría opositar todo el que lo desee, incluido el propio periodista, para así resguardarse de “lo que está cayendo”. Claro que ello no le garantizaría, en absoluto, el nivel de renta que podría disfrutar si alcanzara la categoría de líder mediático de un gran medio privado de comunicación o ser un empresario que impone las condiciones en su empresa, que a lo mejor es a lo que aspira.”
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