El periodismo vive en España uno de sus peores momentos. En los últimos 3 años han perdido su empleo más de 5.000 profesionales y la sangría no ha terminado.
Primero fueron los periódicos impresos. Todas las cabeceras han hecho Expedientes de Regulación de Empleo, cuando no han cerrado. La crisis de la publicidad y la caída de sus ventas han obligado a las empresas editoras a hacer fuertes ajustes en sus plantillas.
Después llegó la TDT y con ella, una eclosión de nuevas televisiones, nacionales, regionales y locales. Monumental fiasco. Hay centenares de ejemplos de fracasos en todas las escalas. Las últimas han sido Veo 7, de Unidad Editorial (El Mundo) y La10 (Grupo Vocento), que pretendían imitar las programaciones de las teles generalistas. Grave error. La única que sobrevive es Intereconomía y porque ha creado un emporio multimedia con un marcado carácter ideológico de derechas.
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