Hay días que me alegra tener una sección de “firmas invitadas” para poder subir artículos valientes como éste. No estaría de más que más periodistas (aquéllos y aquéllas que dicen tener el deber de informar con veracidad, y que supuestamente suponen un freno contra el abuso del poder al ayudar a configurar la opinión pública) tuviesen la valentía de decir las cosas como son alguna vez. Si vemos la fotografía adjunta, podremos ver con claridad que no hay que ser demasiado inteligente para saber que los medios de comunicación no son un freno al poder, sino un instrumento más del poder. Y por eso se agradecen palabras como las de Javier. Os recomiendo vivamente su lectura.
“Es de gran importancia el periodismo de excelencia en el mundo de hoy”. (Juan Carlos I en la entrega el pasado miércoles de los Premios Rey de España)
“Vamos con la publicidad, que eso no está en huelga”, dijo en la cadena SER, a las nueve y media de la mañana del 29 de marzo, un Carles Francino que, como su publicidad, tampoco estaba en huelga. Francino es uno de esos periodistas críticos con la reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy que, a la hora de la verdad, no dejaron de trabajar. ¿Si un periodista hace huelga se detiene el mundo? ¿Están exentos los periodistas de cumplir compromisos laborales y sociales? ¿Somos los periodistas seres superiores, indispensables, divinos? Las televisiones, los periódicos y las emisoras de radio estaban ayer abarrotadas de periodistas que, tras despellejar a Luis de Guindos y Fátima Báñez por una ley que amenaza derechos laborales y sociales de los trabajadores, ejercieron con normalidad su papel de informadores o tertulianos. ¿Huelga? Por supuesto, pero para los demás.
En los quioscos, esqueléticos diarios de papel nos recordaban que cada día son menos necesarios los diarios de papel. Los columnistas de El Mundo se mantenían al pie del cañón,Juan Cruz rellenaba la última de El País y una bandera de España ondeaba en la portada de La Razón apelando al patriotismo de los lectores: “Trabaja por España”. En la calle, 9.937 periodistas en paro, 6.799 más que en 2005, el 44 por ciento sin trabajo desde 2011. Todo en orden.
En televisión, las cadenas privadas emitieron con normalidad: informativos a su hora, magazines tan cutres como de costumbre, fútbol en Telecinco… “Digan lo que les digan, les cuenten lo que les cuenten, la huelga general es una realidad”, dijo un García Ferreras que no hizo huelga, pese a considerarla justa y necesaria. “Este programa se realiza con un número menor de trabajadores del que es habitual”, afirmó en un intento por justificar lo injustificable: “algunos han decidido hacer huelga. El resto está de acuerdo con la huelga, pero piensa que la mejor manera de contribuir a ella es realizar su trabajo para informar sin trampas”.
¿Informar sin trampas? Coño, la misma excusa que esgrimien cada día en Intereconomía y La Razón. García Ferreras dio paso a Carmelo Encinas, periodista pro huelga pluriempleado, puesto que solo unos minutos antes había repetido su discurso en otra cadena, Telecinco. “No me siento en absoluto esquirol, creo que esta huelga es buena y necesaria, pero mi deber es informar”, sentenció uno de los tertulianos de “Al rojo vivo” poco antes de pasarse a recoger su talón.
“El periodismo tiene normas básicas, y una es contar los hechos”, afirmó sin sonrojarse unAlfonso Rojo que insultó en “El programa de Ana Rosa” a Encinas y a los que defendían la huelga. “Tú, aunque estés aquí ejerciendo de periodista, estás en huelga”, dijo Ana Rosa con su habitual desparpajo para disculpar la presencia de uno de sus tertulianos de izquierdas. Y el tertuliano de izquierdas, a la vera de una María Antonia Iglesias también a favor de la huelga y de trabajar en las jornadas de huelga, asintió con docilidad. “No estamos para hacer huelga, sino para arrimar el hombro”, aseguró el conde Lequio, ejemplo de coherencia desde su posición al frente del nuevo periodismo español.
¿Lo mejor de la jornada de paro periodístico? Sin duda esa imagen de Telemadrid en negro. Ha sido necesaria una huelga general para que la autonómica de Esperanza Aguirre emitiese algo digno. “Los trabajadores de Telemadrid y Onda Madrid estamos orgullosos”, aseguran en una nota. No todos pueden decir lo mismo.
(original en http://www.cuartopoder.es/telematon/periodismo-esquirol/1952#comments)