Revista Comunicación
Esta foto que traigo hoy en esta sección de “Al descubierto” es la de Rob Kuznia, uno de los reporteros del ’Daily Breeze‘, un pequeño periódico de California, que recibió hace unos días el prestigioso premio Pulitzer por su investigación sobre la corrupción en un escuela de distrito, la Centinela Valley Union High School.
Rob Kuznia confesó recientemente que hace seis meses dejó la profesión porque no le proporcionaba los ingresos necesarios para pagar el alquiler de su vivienda.
La reflexión en torno a la precariedad de nuestra profesión es urgente. Grandes periodistas, grandes servidores de la sociedad que con una gran vocación ponen por delante de su propia vida el periodismo, sabedores de la necesidad de que haya gente que se merece conocer la verdad de muchos casos turbios y dudosos.
Pero todo tiene un límite que es la propia supervivencia. ¿Quién pierde? ¿Rob Kuznia o tantos como él? O pierde una sociedad que se queda huérfana de grandes periodistas que contribuyen al conocimiento de una realidad que, de otra manera, quedaría oculta.