Que el periodismo está viviendo sus horas más bajas no es ninguna novedad. De hecho, este apocalíptico discurso lleva vigente desde principios del siglo XXI. ¿Qué es el periodismo, al fin y al cabo, si no una simple herramienta para poder conocer un poco mejor el mundo?
Igualmente, la web 2.0 se puede considerar otro utensilio para saber de la realidad. ¿Cuál es la diferencia entonces, entre periodismo y dospuntocerismo?, dos -ismos que a priori son incompatibles, mientras el primero se arrastra por el suelo intentando sobrevivir, el otro está al alza. Quizá no sea esa la pregunta, si no qué tienen en común: cómo podemos agrupar ambas para hacer cual ave fénix del periodismo aprovechando el carro de las redes sociales y el mundo 2.0.
Hasta hace muy poco, los planes de estudio de la Licenciatura de Periodismo no contemplaban el estudio de Internet en las aulas. Ahora, con el Plan Bolonia, se han modificado las asignaturas impartidas en el nuevo Grado en Periodismo y aparece por fin una, al menos, bajo el nombre de Cibercultura. Menos mal.
Lo que no podía concebirse es que hace apenas dos años, en un examen se preguntara qué es un blog y los estudiantes contestaran 'un cuaderno de notas'. Confundir blog con bloc es algo inconcebible en nuestra profesión y más aún entre estudiantes, que deberían saber estas diferencias puesto que se han educado y formado en las nuevas tecnologías.
Por eso, desde el seno de la educación superior, cuna (¿?) de periodistas se deben aunar ambos -ismos para hacer del periodismo una nueva forma de conocer el mundo. Sin embargo, compruebo con asombro como muchos de mis compañeros de profesión no han manejado herramientas tan básicas para el periodismo como Twitter, la lectura mediante RSS o técnicas similares, que no hacen más que ayudar a nuestra tarea. Algunos incluso han conseguido un empleo (no deja de soprenderme con el tiempo en que vivimos) y comienzan a adentrarse ahora en el dospuntocerismo. Y eso no es lo criticable, lo que sí lo es que por deformación profesional, por ese gusanillo que suele picar la curiosidad del periodista, no se hayan adentrado antes en este mundo, no ya como usuarios avanzados, si no como simples curiosos, sabelotodos y conocemundos.
Así luego, diréis que algunos empleos de nueva creación (Community Manager, Social Media Creative, Social Media Analyst...) están ocupados por otros profesionales. Es verdad que al periodista no se le forma para ser perio-publicista (que es una descripción vaga de algunos de estos puestos de trabajo), pero creo, y esto es sólo mi opinión, que no debemos cerrarnos a otros caminos. Es verdad, cuando empecé la carrera tenía una visión del periodismo que dista bastante de la que tengo ahora: el panorama político y económico ha cambiado, y lógicamente, el estado del periodismo también lo ha hecho.
No podemos quedarnos anclados en la idea romántica del periodismo (y no lo digo por mí, que en el fondo sigo creyendo en ese oficio de patearse las calles y conocer la verdad de los ciudadanos), si no, como en todo, hay que renovarse o morir. Y por ahora, la renovación pasa por adaptarse al mundo del 2.0 y las redes sociales, ¿quién se apunta?