Revista Comunicación

Periodismo y política, una difícil relación (y II)

Publicado el 04 mayo 2015 por Humberto M. Fresneda @hmfresneda

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Aunque la última reflexión abordaba la complicada relación entre periodismo y política no me he resistido a escribir nuevamente sobre esta cuestión. La excusa, la celebración el pasado miércoles día 29 de abril en la universidad Francisco de Vitoria una mesa redonda sobre periodismo y política. Sobre ese binomio que no puede vivir el uno sin el otro. Asistieron a él representantes del PP, PSOE, Ciudadanos y  Podemos. Moderados magistralmente, como no podía ser de otra manera, por el periodista y profesor de la Universidad Francisco de Vitoria, Gabriel Sánchez.

Pero esta vez, más allá de la ideas me gustaría reflexionar sobre las formas. Teodoro García, del PP; Ignacio Sotillos, del PSOE; Marta Marbán, de Ciudadanos y Ramón Espinar, de Podemos escenificaron en la universidad un guión que representaba perfectamente el papel que cada partido asume en el escenario político.

Y no me refiero a las ideas que, indudablemente, no cambian, independientemente de quienes las defiendan. Me refiero a la comunicación interpersonal, esa que comunica muchas veces más que el propio mensaje.

Todos sabemos que la comunicación directa, aquella que por medio no tiene a nadie, aquella que no necesita ningún artilugio que pueda distorsionar el mensaje (un sms, un teléfono, un whatsapp…) es la más completa porque al mensaje se le unen los gestos, las miradas, las sonrisas, los silencios, incluso la proximidad.

Muchas veces estas “estrategias” en los modos, aportan un valor añadido mucho más eficaz que el propio mensaje. Y, en esto los partidos políticos también están educados.

Más allá de quien los encarne, las sonrisas de Ramón Espinar hacia los comentarios del representante del PP, la calma basada en la aportación de pruebas de éste último, la serenidad de Marta Marbán, como mediadora y apaciguadora de los aspavientos de otros o la buena imagen y sonrisa del representante del PSOE, no son más que expresión de un lenguaje común que como digo, más allá de quién lo encarne, representa también parte de la estrategia política de cada partido.

De cómo deben ser  las relaciones  entre el periodismo y la política ya hablé en la última reflexión pero me gustaría dejar alguna conclusión de este enriquecedor debate que pudimos vivir en primera persona:

1 . La importancia de que el político se relacione con la gente de igual a igual. Los cuatro representantes de las fuerzas políticas que asistieron a la universidad eran jóvenes, preparados, amables y con ganas de compartir con otros jóvenes sus inquietudes, sus esperanzas, sus anhelos.  Al finalizar  el acto estuvieron un buen rato charlando en corrillos con los alumnos, matizando sus respuestas o simplemente intercambiando sonrisas y experiencias.

Los políticos se deben dar cuenta que a la gente se la gana sin arrogancia, sin prepotencia, con humildad y naturalidad.
2. La necesidad de gente joven que de frescura a la política. Gente joven, preparada, cercana. Nadie puede atribuirse estas características. Hay gente joven, preparada y cercana en todos los partidos que puede hacer cambiar la imagen y  la confianza de la clase política. Necesitamos  ilusionarnos con las nuevas generaciones  que tienen suficiente capacidad y preparación para aportar nuevas ideas que nos hagan mejor a todos.

3. Las ideas, todas las ideas se pueden debatir sin agresividad, sin descalificación, sólo con argumentos. Las formas son muy importantes en política, en todo en la vida, y en muchas ocasiones pierden el fondo. Pero más allá de criterios diferentes, ideas contrarias o argumentos absolutamente enfrentados, se puede hablar de todo, sin más armas que la palabra, la buena palabra, incluso la amable palabra. Las palabras con más fuerzas no son las que más se gritan sino las que más argumentos tienen detrás.

4. El periodismo bien hecho y los periodistas bien formados deben ir de la mano en la responsabilidad unos de trabajar para hacer un mundo mejor y los otros de hacerlo llegar a ese mundo, libre y honestamente.

5. El periodista debe ser vigilante del poder en beneficio de la sociedad, siempre con sentido de la responsabilidad y amor a la verdad. No es un policía, es un servidor de la sociedad que busca el bien común y, para ello, trabaja de manera honesta e íntegra porque sabe que muchos sólo le tiene a él para defender su libertad y para contar la verdad.
Mesas redondas como éstas son necesarias para acercar la actualidad y para acercar a sus protagonistas que también son de carne y hueso.


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