Una prueba más de la falta de profesionalidad de algunos de nuestros periodistas: Ana Alba, corresponsal en Jerusalén de El Periódico titula su crónica del sábado 12 “El Maratón Imposible”, y dice “El muro levantado por Israel impide que una maratón organizada en Cisjordania pueda completar los 42 km. de la prueba”.
Lo curioso es que después la letra pequeña de la crónica informa que solo es la segunda vez que se organiza la carrera, que se inició en 2013, cuando el muro lleva casi doce años construido lo que me hizo llegar a la conclusión de que los organizadores no disponen de recorrido alternativo porque la Cisjordania palestina debe ser un territorio de dos metros de ancho y bastante menos de 42 Kms. de largo, pero cuando la curiosidad y la extrañeza me lo han hecho comprobar resulta que en realidad tiene 130 Kms. de largo por 65 de ancho, suficiente para el recorrido de varias maratones simultaneas.
Tampoco tiene nada que ver con la queja, que como todo lo que se hace y dice desde Palestina no tiene la más mínima intención de crear problemas, el que la prueba sea organizada por un grupo de activistas escandinavo cuyo objeto es el derribo del muro.
Como una prueba más de la maldad israelí, la corresponsal informa que a los buenos y buenistas organizadores escandinavos y palestinos de la prueba no les ha quedado más remedio que rechazar la inscripción de buen número de israelitas que querían participar porque de todas formas las autoridades israelitas no les habrían autorizado, y como aparte de buenistas son listos y muy previsores han querido evitar una decepción a los maratonianos que tienen la desgracia de ser israelitas.
Si el asunto no fuese tan serio la única respuesta a esta tontería sería ¡jajajajajajaja….!