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Periodo NaraPeriodo Nara, época de la historia de Japón, transcurrida desde el 710 hasta el 794, en la que tuvo lugar la construcción de una nueva capital y la consolidación del Estado centralizado. En el 710, la corte y el gobierno se trasladaron a la nueva capital de Heijo-kyo (en la actualidad, Nara), construida según la estructura en cuadrícula propia del estilo chino y ubicada en un lugar que permitiera controlar la región de Yamato, de gran riqueza económica y de vital importancia política.En Nara, los cambios institucionales inaugurados por la reformas Taika alcanzaron su plenitud en el sistema ritsu-ryo. Se trataba de un modelo de gobierno altamente centralizado inspirado en el de China: el país se dividió en unidades administrativas jerarquizadas y todos los arrozales quedaron en poder del Estado, que distribuía las cosechas entre los agricultores en función de sus necesidades. Los impuestos se recaudaban de modo uniforme y la disposición de las calles tenía por objeto facilitar el transporte de mercancías y el desplazamiento de los funcionarios públicos. No obstante, a pesar de la racionalidad del sistema chino, su aplicación no resultó igualmente eficaz en Japón, mucho menos desarrollado económicamente, con una estructura de poderosas familias aristocráticas y donde se permitían numerosas exenciones fiscales para aplacar a los cortesanos y a las influyentes instituciones religiosas.La influencia de la dinastía china Tang en el Japón del periodo Nara fue inmensa. Se mantuvieron numerosos contactos oficiales gracias a las embajadas enviadas desde Japón, compuestas por cientos de funcionarios, y a los viajes de numerosos grupos de monjes y estudiantes. Algunos monjes budistas chinos, de entre los que cabría destacar a Jianzhen, también se trasladaron a Japón e introdujeron allí los ritos de ordenación budista. Fue durante el periodo Nara cuando el monje Gembo difundió en Japón el canon Tripitaka del budismo chino; Kibi no Makibi y otros estudiantes chinos dieron a conocer una buena parte de la literatura secular de su país. La obras históricas chinas tenían su contrapartida en dos narraciones japonesas de la época, el Kojiki (712) y el Nihon Shoki (720), que ofrecían una justificación oficial de la posición de los emperadores. Los caracteres chinos eran aún los únicos conocidos en Japón y se empleaban para anotar palabras japonesas en el Man’yoshu, la primera antología poética de la literatura japonesa. Dado que Japón era el punto final de la Ruta de la Seda, recibió muchos tesoros procedentes del Asia continental, algunos de los cuales se encuentran en la Casa de los Tesoros Shosoin de Nara.El budismo estaba firmemente asentado como religión estatal en el periodo Nara. Era fomentado por el emperador Shomu, que gobernó desde el 724 hasta el 748 y dedicó una gran parte de los recursos del Estado a la construcción del Todai-ji, un enorme templo de madera que albergaba una estatua de Buda de grandes proporciones. El objetivo de este templo era proteger al Estado y hacer partícipes a los demás pueblos budistas del mundo de que Japón había adoptado esta religión. En el 752, fue inaugurado por la hija del Emperador, la emperatriz Shotoku (Koken Tenno), que prosiguió con la política de apoyo al influyente sector budista —a pesar de los gastos que implicaba— hasta su fallecimiento, ocurrido en el 769.El sucesor de Shotoku, el emperador Jonin, intentó reinar con la misma política de gasto público, pero la recaudación tributaria continuó disminuyendo debido a que los campesinos huían de las fincas públicas y las rebeliones desafiaban la autoridad del Estado. Los impuestos sobre las tierras estatales eran más altos que los de las fincas privadas con exenciones tributarias, por lo que la población y las clases adineradas se inclinaron por estas últimas, especialmente cuando las grandes familias comenzaron a instalarse en tierras vírgenes, también libres de cargas, después del 743. En el 784, Nara dejó de ser la capital, cuya sede se trasladó más al norte, a Nagaoka. Este cambio se debió a la profunda influencia de las instituciones budistas establecidas en Nara y a las disputas internas de la corte. No obstante, en el 794, el gobierno y la corte se trasladaron a Heian-kyo, la actual Kioto, que fue la capital oficial hasta 1868. La estructura social centralizada y aristocrática que se creó durante el periodo Nara prosiguió su evolución durante el periodo Heian.