Revista Coaching

Pero... ¿dónde están mis polluelos?

Por Conócete Y Quiérete
El síndrome del nido vacío
Aunque en nuestro país parece que nuestros hijos abandonan el nido cada vez más tarde (si es que lo hacen) no podemos olvidar que esto puede ocurrir en cualquier momento.
Y es que, si el tiempo pasa para nosotros y nosotros nos hacemos mayores… ¡papás! y sobre todo… ¡mamás!
El tiempo también pasa para nuestros “niños” y nuestros “niños” crecen y se hacen mayores también
Por ley de vida quieren formar sus propias familias, o simplemente quieren irse a vivir por su cuenta, ser independientes.
Y sí, sobre todo las madres hemos de prepararnos para ese momento. Porque si hemos hecho del cuidado de los hijos el centro de nuestra vida, entonces corremos el riesgo de sentirnos inútiles, vacías, desorientadas.
Ser madre es una tarea de gran responsabilidad, obviamente, pero no debemos permitir que nuestra autoestima dependa de lo que podemos hacer por los demás porque entonces nos convertimos en personas dependientes.
Mientras te ocupas de tu familia no abandones tus relaciones sociales, tu pandilla de amigas, tus hobbies… Reserva siempre un tiempo al día para ti, para relajarte, para mimarte, para cuidarte a ti misma como los cuidas a ellos.
Claro que todos necesitamos sentirnos útiles. Es más nos halaga la idea de que nos necesiten, pero no es cuestión de que ellos estén siempre bajo nuestras faldas.
Hemos de tener claro que nuestros hijos siempre serán nuestros hijos y nunca dejarán de necesitarnos por mucho que se vayan de casa, de manera que siempre podremos seguir cuidando de ellos de alguna manera, aunque sin entrometerte en sus vidas, claro.
Hagámonos a la idea de que también nosotras nos hemos jubilado del trabajo de madres a jornada completa.
Así que preparémonos para disfrutar, también nosotras, del tiempo que antes no teníamos.
¡Venga, repite conmigo!
 “Ahora que se lo curren ellos, yo a disfrutar”
el síndrome del nido vacío

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