Revista Cultura y Ocio

Pero mira cómo beben...

Publicado el 24 diciembre 2010 por Flenning

Desierto fue la primera canción de Lhasa de Sala que escuché, aunque me enteré bastante después de quién era la intérprete. Recuerdo que el tema se escuchaba como la música de fondo durante la lectura de un poemario editado e impreso en México. La curiosidad por conocer a la cantante me parecía superflua o un deseo frívolo, no sé. En cualquier caso, razón o pretexto, usted ya sabe, los deseos siempre caminan en la dirección de la falta.

Fue una amiga la que me ayudó a resolver el misterio ─ella es mejor navegante que yo, y también es mucho más tenaz, protegida por la testarudez ─. No solo me reveló el nombre de Lhasa, sino que me regaló el disco La llorona. En el paquete, junto con el disco, había una nota que decía «No es la música que yo escucharía, pero aquí van Los peces para tu Desierto…».

Lamentablemente, Lhasa dejó de cantar, algo le robó el habla, una torpe premura transfiguró su estampa y se la llevó tan pronto, que yo no sé si llegó a saber que le ponían su música a los poemas o que su Desierto y sus Peces son la música de la Cumbre por el Medio Ambiente, que se celebra en México.

Parece una de esas cadenas asociativas de las que hablaba hace poco, Estaba pensando en la Navidad y recordé a mi madre, hace ya algunos años, cuando adornaba el árbol y cantaba el villancico Los Peces. Luego, recordé a Lhasa, el desierto, los amigos, el deseo, los deseos, el agua, La llorona, la adormecida nostalgia por los que se fueron, las lágrimas,…

Bebo por usted y espero, deseo, que encuentre un rincón fresco en su almohada y que en esta Navidad tenga muchos peces en su desierto.


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