
"El pequeño Abie subía por la vereda del bosque que llegaba a Sparrowswick Heat inclinando mucho el cuerpo hacia el pedregoso camino, con una escopeta de juguete firme bajo el brazo. A juzgar por su expresión, sabía adónde iba y por qué. A juzgar por su expresión, conocía el camino, sabía a dónde llevaba y no tenía miedo, aunque los árboles, muy juntos y frondosos, lo rodeaban por todas partes hasta más allá de donde alcanzaba la vista hasta donde no penetraba el sol."
Me gusta el humor inglés. Es diferente y refrescante precisamente por eso. Se sirve de poses, incluso artificios, y me hace sonreír mientras voy caminando libro en mano. Por eso, y aunque ya había visto la película basada en esta historia, no pude resistirme a traer el libro a mi estantería virtual. Hoy traigo, Pero... ¿quién mató a Harry?
Conocemos a Harry, un joven y bonito cadáver que aparece en mitad de un bosque, en una zona de caza. Lo encuentra un niño llamado Abie, pero tampoco le da mucha importancia. En realidad nadie lo hace, ya que poco después pasa el capitán Wiles, capitán sólo porque hacía falta, y creyendo que durante su jornada de caza lo había matado, empieza a pensar que hacer con él. Así comienza el periplo del capitán con el cuerpo y con los vecinos que descubren tan curiosa situación, y que se mostrarán invariablemente, entre consternados e indiferentes.
En este libro tenemos un cuerpo, el cuerpo de una buena persona por lo que parece, y a un puñado de vecinos que ni les importa, ni tienen intención de notificar esta aparición. Es más, parece que hay cuatro de estos vecinos que podrían ser los asesinos.... cada uno por su lado, por supuesto. Así que deberíamos estar ante una novela negra. Pero, y si por tener que andar cargando con un muerto y pensando en quién es el asesino, la etiqueta "novela negra" es inevitable, en este caso había que decir comedia negra, ya que es un libro cargado de sentido del humor.
Trevor se decanta por una historia en la que los vecinos de esta pequeña localidad no hacen aspavientos al encontrarse con el cuerpo. De hecho, el primer adulto en hacer acto de presencia, el capitán, decide rápidamente enterrarlo y olvidarse de él, aunque tenga que cargar con el muerto hasta el lugar adecuado. Y será mientras lo acompañamos cuando aparezcan otros vecinos, a cada cual más pintoresco y despreocupado. La novela consigue así una coherencia afincada en reacciones absurdas muy efectiva que nos mantiene con una sonrisa en la boca mientras nos preguntamos, cuál de todos estos amables vecinos, será el responsable de la muerte. Desde una solterona hasta la madre de un niño, ninguno de ellos se salvará de nuestras sospechas ni tampoco de nuestra sonrisa.
De este modo iremos descubriendo poco a poco quién es Harry y, como no, quién lo mató en una novelita francamente divertida que se lee en un suspiro.
Tal vez os resulte familiar la trama, no sería de extrañar ya que Alfred Hitchkock realizó una espléndida versión cinematográfica. Sin embargo, no puedo evitar recomendaros que os acerquéis igualmente a este título para conocer Sparrowswick Heat. Aunque, eso sí, con cuidado: parece que por allí una vida tiene un valor un poco diferente al normal. Lo que os puedo asegurar es que saldréis con una sonrisa en la boca.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias
