Pero, ¿se han vuelto locos en la Junta de Andalucía?

Algo inexplicable. Resulta que la tarara también funciona en Andalucía. Primero, sí. Después, no. Al final, depende. Así es como están las cosas. Me refiero al pago de los gastos procesales de las decenas de imputados de la Junta de Andalucía en el caso de los ERE.

Resulta que salió hace dos días el portavoz del ejecutivo del gobierno andaluz para soltar algo increíble: que el Gobierno Andaluz pagaría la defensa de los imputados en el caso de los ERE. Para empezar, las cosas hay que decirlas de forma clara. No es el Gobierno Andaluz, sino los andaluces los que de su dinero pagarán la defensa de estos imputados.

Después, visto el revuelo que se ha formado, ayer rectifican y dicen que no. Que la Junta de Andalucía no pagará a los imputados del ERE. Y hace unas horas dicen que lo harán sólo a quienes así lo soliciten, puesto que el reglamento lo contempla.

Cada vez entiendo menos. O esta gente está loca o yo vivo en otro mundo. Porque independientemente de que se puedan recurrir las imputaciones y de que probablemente algunas tengan poca sustancia, lo que no parece de recibo es que sean los andaluces los que paguen a gente que ha sido imputada por un delito contra ellos.

Si hay un reglamento que lo permite, se elimina. Pero vamos a ver, cómo es posible que se pague a quienes, según el juez –la jueza, en este caso— son presuntos culpables de un delito –además enorme, hablamos del desvío de 150 millones de euros—, con dinero público.

¿Adonde vamos a llegar? Resulta que yo trabajo en una empresa, y de acuerdo con mi función presuntamente desvío fondos en mi propio beneficio, siendo acusado por este delito. ¿Es lícito que la propia empresa pague mi defensa? ¿En qué cabeza cabe? Pues esto es lo que puede pasar en la Junta. Y encima con dinero público.

Basta ya de camelos, de privilegios y de desvergüenzas. No puedo entender cómo Izquierda Unida, que no tiene a nadie imputado, pues los hechos se produjeron antes de su llegada al gobierno, no ha obligado a que se evitase este desaguisado.

Sólo faltaba que los ciudadanos, andaluces en este caso, pagaran la defensa de los que presuntamente les están robando. ¡Increíble!

Y luego les extrañará de que los ciudadanos consideren a los políticos como el segundo problema más grave del país.

Salud y República