Los sacrifican ya y no es justo.
Ellos no quisieron nacer, pero nacieron, ahora agonizan lentamente en la perrera de Sevilla.
Por favor...no hay derecho a que su vida termine aquí, sin más...
Observar esas miradas desesperadas, llenas de tristeza, de bondad y hasta incluso de lagrimas, procuremos salvar si no es a todos por lo menos a alguno de ellos y aunque os duela, miradlos, miradlos bien.
¡¡Malditos, malditos todos los que no los quisieron!!